Esta inversión forma parte del convenio firmado en 1992 entre la Junta y la Comisión Europea, en virtud el cual la Comisión asumió el 75 por ciento de los gastos de estos programas y el Icona y la Administración autonómica el 25 por ciento restante.

Para el periodo 1993-94 la Comisión aportará casi 75 millones de pesetas, el Ejecutivo de Castilla y León 12,2 y el Icona una cantidad similar.

Las instituciones españolas aportarán unos doce millones de pesetas para sufragar los costes del programa de conservación del oso pardo en la cordillera cantábrica y la CE alrededor de 36.

El resto del dineo irá destinado al desarrollo de iniciativas y proyectos encaminados a preservar las poblaciones de águila imperial en Castilla y León.

Estas dos especies están consideradas en la actualidad en peligro de extinción. Los últimos censos de águila imperial revelan que en todo el Estado habitan más de un centenar de parejas y que la tendencia de la población es creciente.

Por el contrario, la recuperación de la población de oso cantábrico (en el Pirineo española la especie está prácticamente extinguia) encuentra numerosas dificultades. Se estima que viven unos 70 ejemplares, la mayoría en el núcleo occidental, amenazados por el furtivismo, la transformación y humanización del territorio, la construcción de infraestructuras, los incendios forestales y la pérdida de diversidad genética.