Así lo dijo Gutiérrez tras la publicación por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) del dato de IPC de abril, que se sitúa en el 3,3% interanual y la inflación subyacente en el 2,9%. La primera sube una décima con respecto a marzo y la segunda se recorta en cuatro décimas.

“Es el momento de mejorar los salarios y del poder adquisitivo de las familias trabajadoras. Es el momento también de reducir la jornada laboral por ley”, defendió este representante sindical, quien explicó el repunte de la inflación general por la subida del precio del gas, que es resultado del fin de la rebaja temporal del IVA. También atribuyó esta subida a un repunte de los precios de los alimentos.

Sin embargo, puso en valor que el IPC subyacente, que no tiene en consideración los precios de la energía ni de los alimentos frescos, continúa en la senda de la moderación. Se reduce cuatro décimas hasta el 2,9%, “que es el nivel más bajo desde enero de 2022”.

Recordó que, en abril, había 8,6 millones de trabajadores y trabajadoras cubiertos por la negociación colectiva y tenían una subida salarial media pactada del 2,9%. Los nuevos convenios, pactados en 2024, aunque todavía muy poco relevantes, muestran una subida salarial claramente superior, el 4,1%.

En cambio, advirtió de que los márgenes de beneficio empresarial alcanzaron en el año 2023 “máximos históricos”, ya que “las mejoras de la productividad se están generalizando por el conjunto del tejido empresarial”. “Mejoras que, por otra parte, están siendo principalmente captadas por el capital, es decir, por las empresas”, lanzó Gutiérrez.