Según los doctores que atienden a Indurain, el ciclista de Villaba terminó en esta última edición del Tour mucha más fuerte que en anteriores ediciones, desde el punto de vista físico.

A juicio de estos médicos, Indurin ahora precisa de un periodo de descanso ya que ganar dos competiciones del poderío del Giro y del Tour suponen un desgaste físico y mental impresionantes, incluso para un atleta de las características del navarro.

"Si quiere seguir siendo un número uno y ganar en los próximos años unas carrera debe administrar sus fuerzas lo más posible. Precisamente, de ello se encargan sus directores José Miguel Echavarri y Eusebio Unzúe", comentaron los doctores.

En los próximos días el campeón navarro se smeterá en la Clínica Universitaria de Navarra a unos análisis para comprobar la evolución de su enfriamiento y su estado general.

Por su parte, Prudencio Indurain, hermano del ganador del Tour 93, ha pasado ya por ese centro hospitalario para un reconocimiento.

Según Juan Ramón Valentí, especialista del departamento de Traumatología y Cirugía Ortopédica de la Clínica Universitaria de Navarra, "Prudencio sufre un esguince de ligamento cúbico-carpiano de su muñeca izquierda que al no realizar repos adecuado, por motivos de la carrera, se ha intensificado, por lo que ha sido necesario aplicarle una inmovilización rígida antebraquio-palmar".

"A Prudencio se le ha colocado un sistema especial para que pueda entrenar y no perder la forma. Su recuperación se prolongará por espacio de tres semanas", explicó el especialista que lo atiende.