En un abarrotado Palau Sant Jordi, en el que se congregaron cerca de 30.000 militantes y simpatizantes, y al que González se refirió como "templo de la democracia progresista", el ex presidente aseguró que trece años al frente de Gobierno y 23 al mando del PSOE le hicieron entender que el relevo "es importante". "Me jubilé de júbilo de poder confiar en gente como Joaquín Almunia", agregó.

González aprovechó la nota anecdótica de la noche para reiterar que su compromiso con España ahora consiste en apoyar a Almunia en su camino hacia La Moncloa, y disipar así, de nuevo, las posibles dudas acerca de su futuro político.

Después de que el actor Juanjo Puigcorbé concluyera su intervención en apoyo del PSC con un "Maragall, prsident; Felipe, presidente", González se dirigió a él desde la tribuna para insistir en este punto. "Querido Juanjo", le dijo, "quiero que Joaquín, que es nuestro candidato para la próxima primavera, sea el que abra las rosas". "Para votarte", le dijo a Almunia, "hay que conocerte. Hazte conocer, Joaquín, porque cuando te conozcan, te van a querer".

El ex presidente respaldó de forma implícita las propuestas federalistas de Pasqual Maragall, al pedirle que trabaje "por esa federación de pueblos que costituyen la pluralidad de Cataluña y de España" y permitir así la inclusión solidaria de todas las identidades.

González prescindió de las críticas a los demás partidos y se centró en pedir a todos los catalanes, y no sólo a los de nacimiento, que aprovechen su combinación de creatividad y productividad para potenciar la construcción de España y de Europa como entidades incluyentes de la diversidad. Un objetivo, aseguró, que congenia con la capacidad de Maragall de abrir fronteras.

El que sí critcó duramente el pacto de Gobierno entre el PP y CiU fue el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, que acusó a ambos partidos de "trabajar para impedir la victoria de Pasqual Maragall" y aseguró que el Parlamento "sufre cuando ellos son mayoría". Las alusiones de Almunia al PP provocaron una sonora pitada de los asistentes, entregados desde el principio a los oradores.

EN MADRID Y EN BARCELONA

Almunia pidió al candidato del PSC que defienda una Cataluña "donde no haga falta hablar catalán en l intimidad para sentir el castellano", y se comprometió a hacer del futuro ejecutivo central, si llega a él, un Gobierno "para todos".

"Ojalá que dentro de unos meses el president Maragall se acerque a La Moncloa (...) y ojalá que dentro de unos meses haya un presidente socialista en La Moncloa. Y no será el presidente del Gobierno de Madrid recibiendo al presidente del Gobierno de Cataluña. Será el Gobierno de todos".

La fiesta mitin central del PSC contó con el apoyo, sobre el escenario y micróono en mano, del rumbero Peret, que cambió la letra de una de sus más conocidas rumbas para cantar "Cataluña es poderosa, Cataluña tiene poder", acompañado de los enfervorizados coros de los asistentes y sus acompasadas palmas. Ya avanzadas las intervenciones de corte puramente político, un vídeo de Joan Manuel Serrat en apoyo de Maragall permitió a los asistentes hacer un nuevo receso para entregarse a la entonación.

Después de los principales alcaldes socialistas de Cataluña, la tribuna vio pasar un detrás de otro a numerosos representantes de la cultura catalana que expresaron su respaldo a Maragall. Entre ellos, la escritora Rosa Regás y el autor teatral Albert Boadella. A través de un mensaje proyectado en una inmensa pantalla de vídeo, los asistentes aplaudieron también la adhesión de Ramoncín y de Miguel Bosé. Aunque no se les vio, hicieron llegar también su apoyo el humorista Gila y del cantante Loquillo.

Junto a Juanjo Puigcorbé, la nota anecdótica la puso el escritor Terenci Moix, que reordó a Miquel Iceta, el diputado socialista que ha reconocido públicamente su condición gai, y pidió a todos los homosexuales, "que alguno habrá aquí, que el domingo no vayan a Sitges y vayan a votar".