Las irregularidaes de este concurso de adjudicación destapó el conocido como "caso Ollero", por el que supuestamente la empresa concesionaria, Ocisa, desembolsó comisiones para hacerse con la licitación.

La Junta de Andalucía había planeado que el desdoblamiento de esta carretera entrara en funcionamiento antes de 1995, para mejorar las comunicaciones entre Granada y la Costa del Sol aprovechando el Campeonato del Mundo de Esquí Alpino, a celebrar en Sierra Nevada.

Este tramo de dieciséis kilómetros une a la desoblada N-331 y la autovía A-92, Granada-Sevilla. No obstante, el retraso del inicio de las obras ha aconsejado a la Consejería de Obras Públicas a recomendar el uso de la intersección de la A-92 y N-331 para realizar el trayecto entre Málaga y Granada por autovía, lo que prolonga el viaje en varios minutos.

Asimismo, la Dirección General de Tráfico ordenó retirar cualquier indicación sobre el tramo Salinas-Las Pedrizas, por el alto índice de siniestralidad que a lo largo de 1992 presentó dicha carretea.

La Junta de Andalucía anunció poco después del inicio del proceso por el "caso Ollero" la anulación de la adjudicación, si bien, según fuentes de la Consejería de Obras Públicas, Ocisa trató de salvaguardar la licitación, al no haberse demostrado judicialmente su implicación en el supuesto caso de corrupción política.