EL CASO DE LA NIÑA ONUBENSE DESAPARECIDA SE SUMA A OTRAS 7.000 DENUNCIAS ANUALES QUE RECIBE LA POLICIA

MADRID/HUELVA
SERVIMEDIA

La desaparición de la niña onubense Ana María Jerez Cano, en paradero desconocido desde el día 16 del pasado mes de febrero, se suma a las cerca de 7.000 denuncias de casos similares que recibe cada año la Dirección General de Policía (DGP).

Según informaron a Servimedia fuentes de la propia dirección general, de ess denuncias, un 57 por ciento corresponden a fugas de menores de edad, que acaban reintegrándose a su domicilio con el paso del tiempo, al menos en tres de cada cuatro casos.

Por orden de incidencia, siguen en la estadística policial las denominadas "ausencias voluntarias". Según las normas legales en vigor, sólo son consideradas como tales las que protagonizan personas mayores de edad.

Las mismas fuentes aseguran que el 27 por ciento de las denuncias se enmarcan en el apartado de personas que sevan porque así es su deseo.

En ese sector, siete de cada cien son abandonos conyugales y seis corresponden a fugas de enfermos mentales. Casi el 2 por ciento son encontrados muertos, menos del 1 por ciento en hospitales, el 0,6 son hallados presos y un 0,4 corresponde a otras causas.

POCOS QUEDAN SIN RESOLVER

El inspector de la Policía Nacional Esteban Gándara, coordinador nacional de la investigación de los numerosos casos de personas desaparecidas, aseguró a Antena-3 de Huelva que "a pesar delas miles de denuncias que se presentan, muy pocos quedan sin resolver y la mayoría son localizados".

A su juicio, son muy pocos los casos de menores de edad que "aguantan todas las investigaciones" sin que se pueda desvelar el origen.

Además de la niña de Huelva Ana María Jerez Cano, existen otros casos que permanecen sin resolver después de varios años, como el del "niño-pintor" de Málaga o el del pequeño que viajaba en un camión accidentado en el puerto madrileño de Somosierra.

Según el ispector Gándara , los familiares de los desaparecidos, en muchas ocasiones, se dirigen a la policía para pedirles angustiosamente que los encuentren, aunque sea muertos, porque no pueden soportar tanta incertidumbre.

En algunos de estos casos, cuando pasa el tiempo y se agotan las hipótesis, puede decaer la intensidad de la investigación, aunque la aparición de nuevas pistas reabre el caso inmediatamente.

(SERVIMEDIA)
26 Mar 1991
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