Los peritos han concluído, según las mismas fuentes, que posiblemente la chica fue ahorcada y atrpellada. Luego, sus asesinos le amputaron el brazo derecho y abandonaron su cadáver al aire libre, en un sitio oscuro, para trasladarlo un año más tarde a la fábrica de Numancia de la Sierra, donde fue enterrado.

Fuentes policiales barajan, siempre según el citado rotativo, que la desaparición del brazo puede tener por objeto impedir la identificación de las huellas dactilares de la joven.

Las múltiples fracturas detectadas en la autopsia son las que han llevado a pensar que la chica pudo ser atrpellada en varias ocasiones por un vehículo. Sin embargo, los forenses no descartan que dichas fracturas se debieran al derrumbamiento de la fábrica de cerámica donde fue hallado el cadáver, que, según estas fuentes, pudo ser enterrado varios meses después del asesinato, cuando el cuerpo ya se encontraba en estado de descomposición.

El estudio realizado por la forense del juzgado toledano, Carmen Baena, y por el perito de la Facultad de Medicina de Granada, Enrique Villanueva, se basa en los datos faclitados por el Instituto Anatómico Forense, el Instituto de Toxicología Forense y el gabinete de la Policía Judicial.

Dicho informe, con fecha del pasado día 14, fue remitido al juzgado dos semanas más tarde.