Al presidir reunión plenaria de los grupos parlamentarios en el Congreso y en el Senado, Casado hizo unos apuntes sobre los comicios que tendrán lugar en Castilla y León el próximo 13 de febrero.

“Estas elecciones son muy importantes”, remarcó, defendiendo que la cita del 13-F es “fruto de la responsabilidad” del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien “prefirió devolver la voz a sus paisanos antes que acabar combatiendo contra los enjuagues en un despacho” ante la posibilidad de otra moción de censura.

Casado aprovechó para dar “todo el apoyo” a Mañueco y trasladó su confianza de que a partir del 13 de febrero se podrá “seguir avanzando con un buen gobierno en los próximos años”. Destacó el “balance de buena gestión en los peores momentos” del candidato del PP y también su “programa pegado a las necesidades del campo, la industria, la lucha contra la despoblación, la apuesta por la natalidad, la competitividad, el empleo…”.

“ÚNICA ALTERNATIVA”

En definitiva, defendió que el 13-F también se votan “las señas de identidad del PP” y “el reformismo” que “está tatuado en nuestros Estatutos”. “Porque el PP es el único partido reformista y de centroderecha en España y es la única alternativa a los populismos y radicalismos. No hay otra. No hay otro partido así”, enfatizó el líder de la oposición.

Casado remarcó que “hace más de 40 años le ganamos el pulso al pasado y abrimos espacios de libertad para toda la sociedad española”. Espacios, dijo, que “ahora se van cerrando por el precio que tiene que pagar el partido de Pedro Sánchez por volver al Gobierno y ahora por mantenerse en él”.

“Yo lo que os pido y lo que os propongo es que esos espacios de libertad se vuelvan a reabrir”, transmitió a los diputados y senadores del PP. “Que rechacemos cualquier proyecto de radicalización y de populismo”, añadió Casado, abundando en que “la libertad nos unió como ciudadanos libres e iguales en 1978”.

El presidente de los populares prosiguió diciendo que esa misma libertad “debe unirnos ahora una vez más en las horas más oscuras que vive la nación española en cuanto a agresión institucional, división territorial y fractura de los propios españoles”.

Defendió que para eso está el PP, para proponer un proyecto sugestivo de vida en común con un plan que se validó en la Convención Nacional que se celebró en octubre en Valencia y en la que se propuso “un contrato a los españoles” para la “devolución del poder a los ciudadanos en detrimento del Gobierno”.

De tal manera, Casado remarcó que el PP quiere “desfibrilar un país que ha sufrido demasiado con este Gobierno sectario y radical”. “Queremos desactivar la deriva en la que nos han metido y salir de esa vía muerta que no sabemos dónde va a acabar pero que no tiene destino”, afirmó.

De tal forma, el líder de la oposición habló de la necesidad de “volver a poner en marcha los motores del progreso de España”. En todo caso, dejó claro que para lograrlo el PP no quiere “ningún voto que esté basado en el miedo”, sino que busca “un voto para convivir todos juntos, para buscar la libertad y la prosperidad de todos los españoles”.

Casado explicó que el PP quiere el voto “de todos los valientes que no se resignan a este lento declinar de la potencia de nuestro país que está en manos de un mal gobierno”. “Queremos una reacción de firmeza cívica pero tranquila”, sintetizó el presidente de los populares.