En declaraciones a Radio Euskadi, explicó que la intención de la delegación catalana es "conocer cuáles son los planes de la empresa".

"Es cierto", lamentó Carod-Rovira, que "cuando las cosas van bien nadie se preocupa de preparar el futuro y luego son todo prisas".

Reconoció que el tipo de vehículo que se fabrica en Cataluña "ha dejado de venderse" y la consecuencia es que 1.600 personas van a perder su empleo. No obstante, manifestó su confianza en que "la apuesta de futuro" sea el anunciado vehículo eléctrico".

Una iniciativa que "quiza sería la salida" a la situación de Nissan en Cataluña, aunque recordó que "la crisis es muy general y esto no se soluciona sólo con medidas de austeridad en determinados ámbitos".