Así lo remarcó en un reciente encuentro informativo en Madrid, cuando se cumplen 15 años del devastador terremoto de 7,3 grados de magnitud que sacudió Haití. Murieron 220.000 personas y más de 300.000 resultaron heridas.

Haití, con una población cercana a los 12 millones de personas, es el país más pobre y desigual de América, subrayó en un comunicado Cáritas Española, que impulsó en mayo de 2024 una campaña de emergencia para llevar ayuda humanitaria al país. La inseguridad alimentaria, la violencia de las bandas armadas, la vulneración generalizada de los derechos humanos y los brotes de enfermedades ligadas a la falta de agua y saneamiento están llevando a la población al borde del colapso.

Las bandas criminales controlan buena parte del territorio, principalmente el área metropolitana de la capital, Puerto Príncipe. Según Naciones Unidas, más de un millón de personas son han visto obligadas a dejar sus hogares y sus medios de vida enfrentándose a situaciones de mayor vulnerabilidad. Un total de 5,4 millones de personas sufren inseguridad alimentaria. El país no celebra elecciones desde el año 2016.

"La mayoría de las personas obligadas a huir de sus hogares abandonaron la capital, Puerto Príncipe, donde la violencia de las bandas es implacable. Las provincias vecinas también se han visto afectadas por la violencia y la afluencia de haitianos que huyen de la espiral de inseguridad", apuntaron desde Cáritas Española.

Un proyecto de Cáritas en Haití| Foto de Cáritas Española

CON LOS POBRES

El país está "dividido", dijo Yvel Germain, que apuntó que "a pesar de todo sigue habiendo vida en Haití", y que "Cáritas y la iglesia católica se mantienen al lado de la gente más pobre y que sufre".

Con la campaña 'Cáritas con Haití', la Confederación española pretende canalizar la solidaridad de los donantes españoles tras la llamada de emergencia de las Cáritas haitianas. Cáritas Española ha aportado hasta el momento 100.000 euros para este apoyo inicial de emergencia, que ha sido destinado sobre todo a las personas desplazadas en Hinche (centro-este) y Fort Liberté (norte). El objetivo es prestar apoyo psicosocial, ayuda a la producción agrícola y material de primera necesidad, como kits de alimentos, higiene, material escolar, mantas y tiendas.

"Cáritas en el país tiene la ventaja de llegar a los 10 departamentos, porque tiene una capilaridad en el terreno. Con una llamada sabemos lo que está pasando en cualquier zona del país, lo que nos coloca como un actor para saber qué zona del país está en riesgo de ser tomada por una banda y plantear acciones, sobre todo en el sector agrícola, que es donde trabajamos", expuso el sacerdote.

La organización mantiene un apoyo continuado en proyectos de saneamiento, desarrollo agropecuario y de ganadería y grupos de auto-ahorro, que permiten a los haitianos mejorar su autonomía. “Hasta ahora cuando necesitábamos dinero, teníamos que conseguirlo con alto interés, y ahora en el grupo ahorramos y nos préstamos a nosotros mismos, con un interés mucho más bajo. Aun con préstamos de 100 gourdes (1 euro) nosotros avanzamos mucho”, explicó Silva, participante de un programa de auto-ahorro.

Cáritas Española ayuda a la infancia en Haití | Foto de Cáritas Española

RED DE CÁRITAS

El padre Yvel Germain asumió el cargo de director nacional de Cáritas Haití a mediados de 2024, una red compuesta por 10 oficinas de Cáritas diocesanas presentes en todo el territorio nacional. Cáritas sigue presente en cada una de las 10 Diócesis en las que se divide Haití. El trabajo de Cáritas Puerto Príncipe está paralizado. Las otras nueve Cáritas diocesanas se enfrentan a una avalancha de desplazados similar a la que ocurrió en el terremoto del 2010. Todo ello en un contexto de crisis alimentaria grave. 5,4 millones de haitianos sufren inseguridad alimentaria aguda, según Naciones Unidas.

Mientras, lamentó Germain, la ONU sigue teniendo presencia sobre el terreno como "una cuestión política" que también ha tenido "consecuencias" en las tres misiones que ya ha tenido sobre el terreno. Ahora, indicó, la mejora que supone la presencia de la organización internacional sólo es "aparente".

"Está el país en una situación de olvido. Sólo se habla mal y de la parte negativa, de la fuga de cerebros... no es una imagen real", remarcó, imagen que también condena las futuras generaciones.

"A la comunidad internacional, en referencia a los derechos de la infancia, les pediría que estuvieran mucho más encima y que hicieran una revisión de lo que realmente pasa en el país, para pensar programas y ayudas, y que lo hagan a través de organizaciones de base que trabajan de forma directa y no en otros planos más acercados de la realidad", concluyó.