La insuficiencia cardiaca se caracteriza por la incapacidad que tiene el corazón para bombear, tanto n frecuencia como en presión, la cantidad de sangre requerida para mantener el metabolismo de los tejidos.

Reconoció que esta patología es muy dispersa y que, además, es tratada por muchos especialistas, desde cardiólogos, internistas, médicos de familia o médicos de urgencias, "con diferentes enfoques y tratamientos", dijo.

Pese a la gravedad de esta "verdadera epidemia del siglo XX", ni la Administración ni la sociedad son conscientes de su dimensión. Citó, a modo de ejemplo, que la probabilida de fallecer por insuficiencia cardiaca en 10 años es 100 veces mayor que la que tienen los afectados por cáncer de prostata.

Además, la mayor parte son personas mayores con múltiples enfermedades crónicas, que precisan incluso intervenciones quirúrgicas, "lo que empeora el pronóstico de la insuficiencia cardiaca", dijo Julián Alvarez, jefe de servicio de Anestesia y reanimación del Clínico de Santiago de Compostela.

TRATAMIENTO

El tratamiento actual de los pacientes que precisan de ingreso, inluye la administración de diuréticos, vasodilatadores y fármacos inotrópicos positivos, que sacan a los pacientes adelante, pero que a la larga provocan arritmias y un aumento de la mortalidad.

Tras una década sin ningún avance médico en este campo, el tratamiento de la insuficiencia cardiaca aguda o descompensada cuenta con un fármaco desarrollado en Europa que parece aumentar la supervivencia, gracias a su efecto vasodilatador y a una mejora del rendimiento ventricular.