EL CARACTER MARTIRIAL DE LOS CLARETIANOS FUSILADOS EN BARBASTRO EN EL 36, RECIBE UN DICTAMEN FAVORABLE

ZARAGOZA
SERVIMEDIA

Los Cardenales de la Congregación para los Santos han dictaminado de forma favorable sobre el carácter martirial de los 51 misioneros claretianos que fueron fusilados en de Barbastro (Huesca), durante la Guerra Civi de 1936. El Papa Juan Pablo II debe ahora rubricar la beatificación.

El superior de la comunidad de misioneros claretianos, padre Palau, confirmó de manera oficial la noticia en el transcurso de una misa celebrada ayer, lunes, en Barbastro, en la que también presentó a los fieles un himno para los mártires.

Además, el padre Palau adelantó que la beatificación colectiva podría efectuarse en Roma el 25 de octubre de este mismo año.

Los 51 claretianos considerados ya como mártires fueron ejecuados en Val de Martín, en las proximidades de la carretera de Barbastro a Berbegal, después de que las denominadas milicias populares les detuvieran, el 20 de julio de 1936.

El padre provincial de los claretianos de Aragón, José Félix Valderracano, destacó hoy la importancia del hecho, que "esperaban con ansiedad" todos los religiosos de la orden que han participado en el proceso, iniciado ya en 1940, pero aplazado por distintas razones.

Para los historiadores y personas que han seguido esta caus, el proceso de los religiosos estuvo paralizado en Roma durante mucho tiempo, a petición expresa del Papa Pablo VI, por motivos políticos.

La diócesis de Barbastro, además de este proceso de beatificación, ha potenciado el de Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, y el del obispo Florentino Asensio.

Las características requeridas para que la Iglesia Católica considere una muerte como martirio son dos: que el motivo sea la fe que profesa la víctima y que muera perdonando a sus verdgos.

Estudiosos del asunto llegaron a la conclusión de que los claretianos tuvieron la oportunidad de salvar sus vidas si accedían a luchar en el bando republicano.

El proceso de beatificación de los claretianos comenzó hace cincuenta años en esta diócesis aragonesa y el obispo de Tapera fue uno de sus principales impulsores.

(SERVIMEDIA)
11 Feb 1992
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