EL CAPO ASESINADO EN EL 12 DE OCTUBRE NO COMUNICÓ AL JUEZ QUE TEMIESE POR SU VIDA
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El capo colombiano Leónidas Vargas, asesinado ayer de cuatro tiros cuando se encontraba en una cama del hospital madrileño 12 de Octubre, nunca comunicó al juez de la Audiencia Nacional que instruía su causa, Fernando Andreu, que temiese por su vida.
Fuentes de la Audiencia Nacional señalaron que Vargas, que estaba bajo arresto domiciliario a la espera de juicio acusado de un delito de blanqueo de capitales y otro contra la salud pública, no disponía de protección policial, ni en su domicilio ni en sus desplazamientos al hospital.
El juez Andreu decidió en julio pasado poner al narcotraficante bajo arresto domiciliario con una fianza 200.000 euros, tras recibir los informes médicos que señalaban que Vargas padecía graves problemas de salud.
En concreto, Vargas sufría una grave hipertensión pulmonary los médicos comunicaron al juzgado de Andreu que el capo tenía "cortas expectativas de vida".
Al acordar su arresto domiciliario, el juez ordenó a la policía que se personase periódicamente en el domicilio de Vargas, pero no se adoptaron medidas especiales de protección para sus desplazamientos al hospital. Vargas debía acudir periódicamente al centro sanitario para que se calibrase la máquina de oxígeno que le ayudaba a vivir.
La causa se encuentra elevada desde el pasado mes de julio en la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y está pendiente de calificación por parte de la Fiscalía Antidroga. Dentro de este sumario, se encuentran procesadas otras 11 personas, entre ellas el hijo y el sobrino de Vargas.
Las fuentes consultadas señalaron que, desde que la causa fue elevada, el narcotraficante pedía permiso a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para desplazarse hasta el hospital.
400 KILOS DE COCAÍNA
La detención de Vargas se produjo en julio de 2006. El capo estaba acusado de ser el responsable de la organización dedicada al narcotráfico que intentó introducir 400 kilos de cocaína escondidos en unos contenedores que transportaban piñas y que fueron hallados por la policía en el puerto de Valencia.
Se da la circunstancia de que, mientras la policía custodiaba la droga requisada a la espera de que ésta fuera destruida, se produjo el robo de cerca de 20 kilos de la cocaína incautada.
En los meses previos a su detención, Vargas, que se encontraba refugiado en Brasil después de que las autoridades colombianas y estadounidenses le pusiesen en busca y captura, se dedicó a viajar por diferentes partes del planeta en busca de cuidados médicos especializados para su enfermedad.
En junio de 2006, las autoridades españolas tuvieron conocimiento de que el narcotraficante se encontraba en Alemania asistiendo a los partidos del Mundial de Fútbol que se celebró en ese país y que tenía intención de viajar a España después de la competición, por lo que dispusieron el operativo en el que fue detenido.
(SERVIMEDIA)
01 Ene 2009
CAA