LA CAPITAL SE "IMPONE" UN "PEQUEÑO PROTOCOLO DE KIOTO" PARA MEJORAR EL MEDIO AMBIENTE
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobó hoy un Código de Buenas Prácticas Ambientales, con el que se trata de "imponer" una conciencia sobre la importancia del ahorro y eficiencia en la utilización de los recursos naturales a través de la contratación municipal.
Este código consiste en un decálogo estructurado en 17 buenas prácticas, en el que se dispone la filosofía que tiene que seguir la Administración municipal, tanto en la gestión de los recursos naturales, agua, energía y medio natural, como en la gestión de los residuos y su minimización en origen, aspectos que se deberán tener en cuenta en cualquier contrato que realice el Ayuntamiento de Madrid.
Según explicó en rueda de prensa el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, este Código de Buenas Prácticas Ambientales pretende ser "un pequeño protocolo de Kioto aplicado a la ciudad de Madrid" y una autorregulación del ayuntamiento y las empresas que prestan sus servicios al consistorio. Aseguró que es una medida pionera dentro de las grandes ciudades españolas.
El código también avanza en los criterios para tratar de disminuir la contaminación atmosférica y acústica, y en la exigencia a los contratistas de un menor impacto de sus actividades mediante el fomento de etiquetas ecológicas o la implantación de sistemas de gestión ambiental o de certificados medioambientales. También recoge los criterios sociales que deben regir la política de compras del ayuntamiento.
En concreto, el código incluye prácticas para la mejora del medio ambiente urbano de la capital, que van desde la aplicación de una decidida política energética que vela por la eficiencia, el fomento de las energías renovables o el diseño bioclimático en los edificios municipales o de gestión municipal, hasta la creación de un índice medioambiental, entre otras medidas.
Reducir, reutilizar o reciclar, conceptos básicos en la gestión de los residuos, son igualmente tres de las líneas de acción que deben regir en cualquier política encaminada a la minimización de la generación de residuos, según el código, que da también una importancia primordial a la gestión del agua y aboga por la reutilización de "aguas grises" para el riego de zonas verdes, y la adopción de medidas para reducir el consumo de agua que permitirán un ahorro de agua estimado entre el 20 y el 70%.
La reducción de la contaminación acústica y atmosférica, y la mejor gestión de las zonas verdes de la ciudad, recomendando el uso de especies autóctonas, también son una apuesta del código. Finalmente este código recoge prácticas tales como la publicación del comportamiento medioambiental, la penalización por incumplimiento de la normativa ambiental a las empresas que prestan servicios al ayuntamiento o la reducción del grado de contaminación y grado de toxicidad, entre otras prácticas.
Todas estas medidas se aplicarán en los distintos tipos de contratos (de obras, suministros, servicios, gestión de los servicios públicos y asistencia técnica). Este código se enmarca, según el ayuntamiento, dentro de su compromiso con el medio ambiente y responde a la necesidad de crear una herramienta eficaz para que los servicios y trabajadores municipales actúen con el menor impacto posible sobre el medio y sirvan de ejemplo a los ciudadanos para caminar juntos hacia un desarrollo sostenible
(SERVIMEDIA)
01 Jul 2005
NLV