Durante un encuentro sobre los debates electorales estadounidenses, organizado por la Academia de Televisión y al que asistieron expertos en comunicación y sociología política, Campo Vidal afirmó que los distintos formatos de "cara a cara" elegidos en la última campaña electoral de Estados Unidos, con preguntas de público y sin ellas, han demostrado que no hay un modelo mejor y otro peor.

Campo, que moderó debates entre Felipe González y José María Aznar y en las últimas generales entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, afirmó que los duelos entre McCain y Obama han servido para constatar que "el taburete no trae riqueza" en los debates, y que el "cara a cara" en principio más estático, el que mantuvieron los dos contendientes sentados en una mesa con el periodista, fue el de mayor interés para la audiencia y el más relevante de todos los celebrados en opinión de los expertos.

Campo indicó que la academia no tiene "obsesión" por ningún formato y lo único que pediría a los candidatos, en caso de volver a organizar los "cara a cara" es que éste y las reglas del juego se pactaran mucho antes, y no con las prisas de los últimos comicios.

El presidente de Sigma Dos, Carlos Malo de Molina, discrepó de Manuel Campo y afirmó que los debates en Estados Unidos tienen "más frescura" que los que se organizan en España, que adolecen de cierto "encorsetamiento", a pesar de la buena calidad de los moderadores.

Para Martí Anglada, jefe de Internacional de Televisió de Catalunya, los "cara a cara" de las elecciones norteamericanas han puesto de manifiesto que el debate de los candidatos sentados fue "más rico" que el que estuvieron de pie y con participación del público. "No por más ágil, un debate es más interesante", indicó.

En representación de las televisiones nacionales, Indira García, de Antena 3, y Carmen Pérez, de Cuatro y CNN+, coincidieron en señalar que los debates estadounidenses interesan bastante a la audiencia española, y prueba de ello es que un total de 2,3 millones de espectadores han visto los especiales, pese a que se emitieron de madrugada en España. Son lo que Indira García denominó como "infoadictos".