En su comparecencia ante la Comisión correspondiente de la Asamblea de Madrid, el consejero precisó que una parte del dinero invertido corresponde a gastos de rehabilitación y equipamiento de los locales donde se impartieron las enseñanzas.

En el primer año, 1989, 6.583 alumnos participaron en 62 cursos, que se impartieron en 15 localidades de la región; en 1990, 8.130 estudiantes en 70 cursos repartidos por 18 municipios, y en 1991, 8.640 en 81 cursos.

En total, más de 24.000 alumnos acudieron a esos cursos vinculados al Programa de Formación Técnico Profesional promovidos por Educación y Cultura, de duración trienal, fruto del acuerdo social y el consenso político, según Lissavetzky.

"Aunque la oferta formativa se ha realizado a todos los ciudadanos de la CAM, se han dirigido con prioridad a los colectivos que encuentran las mayores dificultades para su inserción laboral: parados delarga duración y jóvenes desempleados, señaló el consejero.

En opinión de Lissavetzky, la CAM ha seguido criterios de necesidad y eficacia, con la intención de dar formación a quien más la necesita y a quien mejor uso puede hacer de la misma para conseguir empleo.