Lagares aportó estos datos durante la inauguración en Madrid de unas Jornadas sobre Microcréditos e Inclusión Social, organizada por la CECA y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Durante los últimos seis años, según dijo el responsable de la CECA, las cajas de ahorros han concedido un total de 6.000 microcréditos, de los que un 65 por ciento han sido para mujeres y el 35 por ciento restante para hombres.

Durante su intervención, Lagares recordó que desde su creación en 1835 las cajas se convirtieron en una prolongación de los montes de piedad, cuya función era evitar la exclusión financiera de las capas sociales más desfavorecidas, principalmente las que residían en los pequeños núcleos de población.

El posterior desarrollo económico hizo que las cajas fueran perdiendo parte de su protagonismo en esa labor, aunque los vaivenes sociales de los últimos años han traído, en palabras de Lagares, una importante masa de población, principalmente inmigrantes, que tiene graves dificultades para acceder a los sistemas financieros regulares.

En este contexto, las cajas de ahorros, a través de los microcréditos han recobrado el protagonismo perdido y dirigen su atención preferente a colectivos como el de las mujeres y las personas jóvenes.

Lagares subrayó que la experiencia de estos años demuestra que no sólo basta con la concesión del microcrédito, sino que es necesario un mayor apoyo y seguimiento a los beneficiarios de estas ayudas para que sus iniciativas y proyectos de autoempleo puedan cristalizar.

POLÍTICAS SOCIALES

En su opinión, los microcréditos constituyen un instrumento muy útil para luchar contra la exclusión social y financiera de los más desfavorecidos, pero deben ir acompañados de políticas públicas y sociales adecuadas.

Por su parte, el subdirector general de Programas Sociales del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Mato, presente en la inauguración de las jornadas, destacó el auge y la popularidad alcanzada por los microcréditos, como lo demuestra la concesión del Premio Nobel de la Paz a Muhammad Yunus, uno de los principales impulsores de este tipo de ayudas.

Mato destacó que en los últimos años esta modalidad de crédito ha tenido un gran crecimiento en España gracias a la labor de instituciones como la CECA, el Instituto de Crédito Oficial (ICO),las administraciones públicas y las ONG de acción social.

En su opinión, el desarrollo de estos créditos a bajo interés en España tiene que ver con la existencia de desigualdades sociales y niveles muy bajos de renta, y con cambios demográficos que han supuesto la llegada de un gran flujo de inmigrantes.

Mato señaló que los microcréditos están en la primera línea de la actualidad, pero hizo un llamamiento a las partes implicadas en el sector para que consigan hacer que el fenómeno sea aún más visible en la sociedad.