Gortázar hizo esta afirmación en la rueda de prensa para explicar los resultados obtenidos por la entidad en el primer trimestre del año en el que ganó 707 millones de euros, un 21,9% más que hace un año sin tener en cuenta los impactos extraordinarios por la fusión con Bankia e incorporando el resultado de ésta, y un 37,6% más en términos contables sin los extraordinarios. Si se tienen en cuenta, la entidad refleja una caída en el beneficio del 85,1%.

Fue preguntado sobre la situación macroeconómica en España en un día en el que se conoció el recorte en la previsión del PIB del Gobierno para este año, del 7% al 4,3%, y el dato adelantado del crecimiento del PIB en el primer trimestre, que reflejó una ralentización en el ritmo de avance al situarse en el 0,3%. A ello se suman los datos de aumento del paro y caída de la ocupación del primer trimestre conocidos ayer, jueves, y el descenso en el alza de la inflación, hasta el 8,4%.

Gortázar señaló que los movimientos que está registrando CaixaBank en lo que va de año, incluyendo abril, muestran que “pudiendo haber una caída relevante no se ha producido todavía, el comportamiento de nuestros clientes no está siendo impactado negativamente por la guerra, más bien positivamente por el final de la pandemia”.

Sobre la previsión de crecimiento del PIB del Gobierno, destacó que “se alinea” con la de CaixaBank y otras organizaciones y justificó que la rebaja “lo único que hace es reconocer que un evento tan significativo como Ucrania va a tener un impacto en la economía”.

Enfatizó que “es un golpe a la confianza y al crecimiento, que resulta en menores flujos comerciales” y que para España supone “un empobrecimiento relativo” frente al resto del mundo por ser importador de energía, ante el encarecimiento de la misma. No obstante, puso en valor que el PIB avanzará un 4,3%, que las cifras de empleo desestacionalizadas son “buenas noticias” y las perspectivas del turismo son “muy positivas”.

En cuanto al fondo de 214 millones dotado para hacer frente al impacto de la guerra y la influencia en el nuevo plan estratégico que la compañía presentará el 17 de mayo, Gortázar comentó que espera que no marque el plan. Precisó que la guerra está afectando por la vía de una subida de precios de la energía y las materias primas, en el impacto en la inversión y en los socios comerciales europeos.

Destacó que lo que sí que influirá en el plan estratégico son las subidas de tipos de interés, que Gortázar consideró que podrían ser hasta tres en este año. El banco calcula que una subida de 100 puntos de los tipos se traduciría en una mejora del margen de intereses entre un 20% y un 25% después de 12 meses, por el tiempo que tarda en plasmarse.

Del mismo modo, apuntó que la expectativa de rentabilidad en el marco del nuevo plan estratégico es de “mejora” y que “lo último que haría sería recomendar reducción ‘pay-out’.

Respecto a estas subidas, el consejero delegado de CaixaBank afirmó que los datos de inflación “nos están sorprendiendo a todos en negativo, hay que combatirla” y confió en que con la subida de tipos se pueda “controlar”.

Por otra parte, al ser preguntado sobre la evolución de la concesión de hipotecas, destacó que se pretende tener niveles de producción “más cercanos” a la cuota de mercado, y sobre los vencimientos de los préstamos avalados por el Estado insistió en que “nos encontramos indicadores favorables que nos hacen ser optimistas” sobre el impacto que puedan tener y “al mismo tiempo tenemos que ser cautos”.

Por último, Gortázar consideró que la entidad “tiene el tamaño que necesita”, que se va a centrar en completar la integración de Bankia, que ya está en un 90%, y no quiso pronunciarse sobre si el Estado debería salir del banco más que señalar que “no nos corresponde a nosotros decir lo que deben hacer o dejar de hacer los accionistas, estamos muy tranquilos”.