"El ictus se cobra innecesariamente la vida de más de 3.500 personas cada día, siendo ésta una catástrofe que se puede prevenir. El mejor modo para disminuir la incidencia del ictus pasa por controlar la hipertensión, el factor de riesgo más importante susceptible de ser modificado", explicó hoy en el Congreso Europeo de Cardiología, Máximo Volpe, profesor de Medicina Interna y Cardiología, además de director de la Escuela Especializada en Cardiología de la Universidad de Roma (Italia).

El ictus es la tercera causa de muerte en Europa y la causa más habitual de discapacidad física, además supone entre el 3% y 4% del gasto total en salud de los países de Europa Occidental.

Se prevé que el número de personas afectadas por el ictus crecerá dramáticamente, ya que se estima que la incidencia de la hipertensión aumente hasta un 60% para el año 2025, y llegue a afectar a un total de 1.560 millones de personas en todo el mundo.

Para frenar el avance de esta enfermedad los expertos en salud reunidos en Estocolmo han elaborado una "Petición para la prevención del Ictus", que se entregará en el Parlamento Europeo el próximo año.