Las fiestas de la Constitución y la Inmaculada, el 6 y el 8 de diciembre, provocarán que muchos españoles se tomen el lunes, miércoles o viernes como festivos, con la consiguiente baja de productividad, o que los que los trabajen bajen su ritmo habitual 'transtornados' por el continuo parón ocasionado por las fiestas. La CEO considera que en estas situaciones la actividad se reduce al menos en una cuarta parte sobre el resto de los días.

En total, el 'puente' de diciembre costará unos 210.000 millones de pesetas a la economía de las empresas españolas. Fuentes de la patronal consultadas por esta agencia reconocieron que estos días festivos son muy beneficiosos para otros sectores, como la hostelería o el turismo, pero indicaron que, en general, los perjuicios para el conjunto de la actividad económica son mayores.

Asu vez, añadieron que otro de los negativos efectos de la concentración de fiestas es la imagen de cara al exterior, ya que los inversores y empresarios extranjeros no pueden comprender que se paralice prácticamente la actividad en muchas empresa sin que esté contemplado así en el calendario laboral.

CEOE aboga por trasladar las fiestas con menor raigambre y tradición a los lunes y espera mantener reunirse con la Administración y las demás partes implicadas (sindicatos y Conferencia Episcopal) para soucionar "cuanto antes" el calendario de 1995.

No obstante, la patronal piensa que determinadas fiestas deben realizarse en el día en el que están señaladas, tales como el 12 de octubre (celebración de la Hispanidad) y el 25 de diciembre, Navidad, por ejemplo.

Por su parte, el Ministerio de Trabajo ya se ha dirigido a la Santa Sede para negociar el traslado de dos fiestas religiosas a lunes para 1995. Se trataría del 15 de agosto (Virgen de la Asunción), que cae en martes, por lo que se pasaría al14, y la de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre viernes, que pasaría al lunes día 11.