Sin embargo, desde que en el año 2000 se realizara la primera suelta en este Parque Natural, la población ha ido ascendiendo hasta alcanzar los 40 ejemplares en libertad y otros 44 en cautividad.

Hasta la Sierra de Mariola llegan ejemplares de buitres procedentes de centros de recuperación de toda España, donde han sido tratados de enfermedades, fracturas o intoxicaciones. Aquí se llevan a cabo los trabajos de aclimatación, que tienen una duración de dos años en enormes jaulas de 700 m2 por 4 metros de alto.

Las aves pasan dos años en las jaulas para recuperarse definitivamente y para aclimatarse a su nuevo hábitat, la Sierra de Mariola, ya que su instinto es volver a sus lugares de origen nada más ser liberadas. Una vez transcurrido ese tiempo, los buitres se quedan definitivamente, lo que ha permitido que la especie vuelva a habitar la Comunidad Valenciana.

Además de cuidados intensivos, a los ejemplares que son liberados se les realizan marcajes en las alas y tarsos para poder efectuar seguimientos y estudiar la especie, su comportamiento en pareja, el alcance de los vuelos y tener controlados a los ejemplares por si se lesionan.