El paquete aplica el conjunto definitivo de normas internacionales acordadas por la UE y sus socios del G-20 en el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, conocidas con el nombre de Basilea III. Estas normas harán que los bancos de la UE sean aún más resilientes frente a posibles perturbaciones económicas, al tiempo que contribuirán a la transición de Europa hacia la neutralidad climática, según explicó la Comisión.

En concreto, el paquete tiene por objeto garantizar que los bancos que utilizan “modelos internos” para calcular sus requisitos de capital midan los riesgos de manera coherente.

Más allá de la aplicación de las normas de Basilea III, el paquete también contiene una serie de medidas para mantener un marco prudencial de la UE más adecuado a sus necesidades en términos de riesgos de sostenibilidad y de supervisión, y también en lo que respecta a las sucursales situadas en terceros países. Igualmente, proporciona también herramientas más sólidas a los supervisores de los bancos de la UE.

Se espera que las nuevas normas por las que se modifica el Reglamento sobre requisitos de capital (RRC) se apliquen a partir del 1 de enero de 2025, con algunos elementos del Reglamento que se introducirán gradualmente en los próximos años.

Los cambios relacionados con la supervisión de las entidades de crédito se aplican mediante una modificación de la Directiva sobre requisitos de capital (DRC) y deberán ser incorporados a la legislación nacional por los Estados miembros a más tardar el 30 de junio de 2026.

La comisaria de Servicios Financieros, Estabilidad Financiera y Unión de los Mercados de Capitales, Mairead McGuinness, declaró que “los recientes acontecimientos en el sector bancario a escala mundial confirman la importancia de una supervisión y de una regulación prudencial sólidas”.

“Con este acuerdo, la UE es la primera jurisdicción en todo el mundo que aplica los elementos finales del Acuerdo de Basilea III. Pero estamos haciendo más: mejorando aún más la supervisión de nuestros bancos y asegurándonos de que se adaptan a los retos futuros, en particular en lo que respecta a los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza”, añadió la comisaria.

Además, apuntó que “este paquete garantiza que el sector bancario de la UE está preparado para el futuro y que seguirá siendo una fuente de financiación fiable y sostenible para la economía de la UE y al servicio de sus ciudadanos».