Así se expresó Brufau en un evento informativo organizado por Fundación Seres, donde recordó que Repsol fue la primera empresa petrolera que ratificó tanto el convenio de Kyoto como el de París, que recoge el compromiso de que la empresa sea neutra en emisiones en 2050.

“Tenemos claro que vamos a llegar pero no sabemos cómo”, admitió Brufau, quien sostuvo que para lograr los objetivos establecidos hasta 2040 existen ya soluciones técnicas pero no para ir más allá.

A este respecto, advirtió de que “tendremos que apoyarnos en cosas que hoy no conocemos” y que llegarán de la mano de la tecnología y la ciencia, que “son las que nos llevarán a lograr los objetivos y no la ideología”.

Además, criticó que “estamos muy focalizados en una óptica europea y centrista “y afirmó que “hemos dejado las emisiones debajo de la alfombra para trasladarlas a otros sitios dónde hay menos presión medioambiental”.

En esta línea, denunció que los países occidentales “hemos puesto toda la porquería en la atmósfera”. “Lo hemos puesto nosotros, no los etíopes o los indios”, apostilló, antes de añadir que “gracias a ello hemos continuado creciendo y separándonos del mundo no desarrollado”.

Por ello, concluyó que la transición no es justa porque “no estamos tomando la responsabilidad que nos toca para ayudar al mundo desarrollado que necesita energía”.

Por último, criticó “la verdad oficial”, que, por ejemplo, ha decidido apoyar el desarrollo del hidrógeno y no la captura del CO2. “Tenemos que ser más pragmáticos”, sentenció Brufau, quien pidió que la ruta de la transición sea “razonable y justa porque si la hacemos mal va a ser carísima y lo van a pagar los ciudadanos”.