De esa manera quedará claro, a su juicio, que la Hacienda pública no ha sido instrumento político de los interses del Gobierno, como afirmó hoy el asesor del candidato socialista Luis Yañez.

"Cuando este tipo de acusaciones en cuanto a la intencionalidd política de la Agencia Tributaria vienen de una persona que ha sido secretario de Estado de Hacienda, igual es que responden a prácticas que hubieran podido existir en el pasado, o en caso contrario hay que rectificar", dijo Piqué en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Según dijo, desde mayo de 1996 el Gobierno "no tiene ningún conocimiento, ni debe tenerlo, de ninguna actuación personal de la Agencia Tributaria. Es evidente que conoce y aprueba sus planes de inspección, que tienenun carácter general, pero en ningún caso tiene información de acciones personales".

Piqué hizo un llamamiento a la "responsabilidad del entorno de una persona que es candidato a la presidencia del Gobierno y que fue durante muchos años secretario de Estado de Hacienda y, por tanto, debería conocer el funcionamiento de la Administración tributaria, y debe saber que determinadas acusaciones hay que sustentarlas".

El portavoz del Gobierno arremetió contra el dirigente socialista al que advirtió que alguien podría pensar" que su comportamiento es similar "al que se deriva de hacer imputaciones a algunas personas sin después ratificarlas ante el juez; o cuando se cambia de posición muy amenudo respecto a un tema tan vital como es el futuro proceso de paz en el País Vasco; o se hacen imputaciones alarmistas sobre el estado real de las cuentas de la Seguridad Social. Alguien podría pensar que una persona así no tiene suficiente solvencia como para poder aspirar a la presidencia del Gobierno".

Piqué seguró que si la Agencia Tributaria le sometiera a una inspección no sólo daría "todas las facilidades, como es mi obligación, sino que además las daré tranquilamente".

El ministro portavoz desveló también que no recurrirá a los tribunales para exigir a Borrell que retire sus acusaciones de fraude y evasión de impuestos que hizo en su contra en un mitin.

A su juicio, la política sólo debe judicializarse "en casos de extrema gravedad" y por tanto lo procedente es "reconducir el debate político sin entrarlo en operaciones de desgaste personal".

Finalmente, sentenció que "cuando se hacen determinadas imputaciones que después de forma un tanto chulesca se reproducen en los medios de comunicación, pero se es incapaz de ratificarlas ante un jues, se pone de manfiesto que lo que se pretende es el descrédito personal y creo que no hay que seguir más en ese juego".