En la inauguración de la jornada "El Sistema Nacional de Salud en la encrucijada", organizada por el Grupo Parlamentario Socialista, Borrell advirtió de la necesiadad de aumentar el gasto sanitario para mantener las prestaciones de una población cada vez más envejecida.

Pero este aumento, en su opinión, debe ir acompañado de una reestructuración que permita ahorrar más en medicamentos y dedicar más inversión a personal cualificado para atender a ancianos en su domicilio y aumentar la calidad de la ateción.

Una de las vías sería, por ejemplo, fomentar más la utilización de genéricos, a los que sólo se dedica un 3% del gasto en farmacia, y luchar para frenar las altas tasas de siniestralidad laboral, de contagios de sida, de intoxicaciones alimentarias, de muertes prevenibles o de consumo de alcohol y tabaco.

SOLIDARIDAD Y EFICACIA

Ante profesionales de la sanidad, Borrell defendió la compatibilidad entre la solidaridad del sistema y su eficacia, y consideró que la satisfacción de los profesinales sanitarios con sus condiciones laborales es fundamental para lograr esta combinación.

Frente al sistema "clasista" que, desde su punto de vista, defiende el Gobierno del PP, el candidato socialista abogó por uno público que reuna sus activos y la gran cualificación de sus profesionales, con los parámetros de calidad asistenciales y trato personalizado que ofrecen los seguros privados.

Precisamente, señaló esta atención personalizada y la calidad asistencial como la potencial "brecha" que dee cerrarse para que las clases medias y altas no se desvinculen del sistema público, lo que supondría su hundimiento por falta de financiación.

Además de fijar sus objetivos, Borrell atacó al Gobierno, al que acusó de acometer medidas que ni siquiera la ex premier británica Margareth Thatcher se atrevió a hacer, y que están conduciendo al "mercadeo" del derecho a la sanidad.