Así lo indicó Borràs en una entrevista en Catalunya Ràdio recogida por Servimedia, haciendo alusión a unas imágenes en las que se ve saludando a un grupo de personas que, supuestamente, durante el minuto de silencio en honor a las víctimas de los atentados gritaron “hijos de puta”, “asesinos” y “España es un Estado de asesinos”.

En este sentido, Borràs explicó que tanto ella como los representantes de Junts que acudieron al acto estuvieron en “escrupuloso y respetuoso” silencio en ese momento y aseguró que “está totalmente fuera de lugar, en un minuto de silencio dedicado a las víctimas, interrumpirlo”. “Los minutos de silencio son para respetarlos”, afirmó.

A su vez, comentó que había “muchas personas” congregadas en torno a este acto de homenaje, entre las cuales había “familiares de las víctimas” que forman parte de la Plataforma 17A y durante todo el acto, continuó, se pudieron ver pancartas con el mensaje ‘Queremos saber la verdad’ sobre lo ocurrido hace cinco años.

Al respecto, matizó que cuando acabó el acto ella no fue a saludar a la persona que interrumpió el minuto de silencio. “Usted no encontrará ningún vídeo ni ningún momento en el que yo me haya acercado y haya saludado o haya aplaudido a esta persona”, garantizó la expresidenta del Parlament.

Por ello, se mostró contenta de poder “deshacer” algunas “interpretaciones” que ha visto de personas que un “quizá no estuvieron” en el acto y dicen que “hubo un centenar de personas” que rompieron el minuto de silencio y que se hubiesen enfrentado a las víctimas y que después ella les fue a saludar y “agradecerles que hubiesen hecho eso”.

En concreto, dijo que en cuanto acabó el acto se acercó a saludar a un grupo de personas que son de la Plataforma 17A. “No tiene nada que ver el minuto de silencio con estas personas”, destacó. En este aspecto, pidió no “criminalizar” a las personas que estaban ahí, ya que muchas son familiares de las víctimas.

También aseguró que tampoco saludó a las personas que, tras el acto, se encararon con los familiares de las víctimas, al tiempo que apuntó que las víctimas “son siempre sagradas” y subrayó que “lo que no se puede hacer es mezclar las cosas y criminalizar personas que no son las que tuvieron unas palabras con los familiares”.