En una rueda de prensa sobre la "Operación Campamento", para construir más de 10.000 viviendas en Madrid, Bono opinó que "culpar al Gobierno de España de lo que se llama ola de laicismo es una exageración y una falsedad. La fe pertenece al ámbito privado, personal y no puede estatalizarse".

A juicio del ministro, que se declara católico practicante, "hay una falta de sintonía en aspectos que tienen que ver con la moral sexual entre la sociedad española y la jerarquía de la Iglesia católica" y se preguntó si "debe acomodarse la sociedad española a lo que piensan en esta materia los jerarcas de la Iglesia o debe acomodarse ésta a lo que es un planteamiento que no me parece moralmente reprobable de la sociedad española".

"Para mí el Papa es una referencia de respetabilidad moral", prosiguió el ministro, "pero estoy en grave desacuerdo con las manifestaciones" que ha hecho.

"Ni este gobierno ni ningún otro pueden ser guardianes de la fe. Se acabó el brazo secular al servicio de posiciones intransigentes o inquisitoriales. Quiero pertenecer a una Iglesia en la que el mandamiento principal es el del amor, y no el de la condena, la intransigencia o la vía inquisitiva para imponer determinados criterios", concluyó Bono.