Así lo afirmó Bolaños en una entrevista en Servimedia en la que descartó la posibilidad de tramitar el decreto en el Congreso como proyecto de ley porque “no es una norma al uso del Gobierno, que luego se lleva a tramitación para mejorarla, sino que viene de un acuerdo social, de tal manera que esa tramitación parlamentaria podría hacer alguna enmienda que desequilibrara el texto” consensuado con los agentes sociales.

“La reforma laboral que hemos aprobado deriva de un acuerdo entre patronal y sindicatos, con equilibrios” y “esa tramitación parlamentaria podría hacer alguna enmienda que desequilibrara el texto”, afirmó.

“Por eso, creemos que no es necesario hacer ninguna tramitación parlamentaria”, sino que “se tiene que aprobar el texto tal y como se ha aprobado por los agentes sociales, porque es la manera de respetar el diálogo social y de respetar los equilibrios que han dado lugar al acuerdo entre sindicatos y patronal”.

Bolaños adujo que “vamos a conseguir la convalidación de la reforma laboral como conseguimos la práctica totalidad de la convalidación de los reales decretos” en el Congreso, “con mucho diálogo, con trabajo, con esfuerzo, convenciendo a las fuerzas políticas de que es lo mejor para el país”.

Para ello, y ante la negativa inicial, principalmente de sus socios parlamentarios, el ministro defendió que “nos queda tiempo por delante para que les podamos convencer y conseguir el apoyo”. “Votar que no es cronificar la precariedad y la temporalidad; es facilitar despidos, cuando hay problemas económicos en las empresas”, alertó.

VOTAR EN CONTRA CON EL PP

“Nos parece muy difícil que se pueda votar en contra de esta reforma laboral, es muy complicado" poder explicar a los trabajadores que sigues "perjudicándoles” con la medida “impuesta, desequilibrada” que implantó el PP en 2012 cuando gobernaba, y que con la medida aprobada por el Gobierno se pretender "revertir”.

Así las cosas, Bolaños pidió a las fuerzas políticas “hacer un esfuerzo de sentido común, de sentido de Estado, de sentido de responsabilidad, de respeto al diálogo social, porque votar que no a esta reforma al final es mantener un marco de relaciones laborales injusto y desequilibrado y es dar la espalda al diálogo social”.

Para cerrar este apoyo parlamentario, que ahora no parece tener garantizado el Ejecutivo, Bolaños mantendrá contactos “discretos”, en los que “vamos a priorizar y empezar” por los más próximos (ERC, PNV, Bildu...) como socios preferentes, para “intentar atraerlos a un acuerdo que es bueno para el país y que es un acuerdo que nos ha pedido y que está pidiéndonos la Comisión Europea".

Bolaños añadió, por tanto, que hay que hacerlo "no sólo desde la perspectiva de las relaciones laborales, también desde la perspectiva de que es un compromiso con la Comisión Europea y es un hito que debemos cumplir como gobierno y como país”.

El ministro hizo un “llamamiento a todas las fuerzas políticas, al conjunto del Congreso de los Diputados” porque se trata de una “norma que ha sido pactada por empresarios y por sindicatos”.

Así las cosas, y ante el posible apoyo manifestado por Ciudadanos, Bolaños valoró “positivamente” que “cualquier” fuerza política se muestre “favorable” a apoyar la reforma, y aseveró que eso es “lo tiene que hacer cualquier grupo político que quiera el bien y el bienestar de los trabajadores y de los empresarios, que quiera una reforma como ésta, que es una reforma que nos pide Europa y que es positiva. “Ojalá haya más partidos y más fuerzas políticas que acaben apoyando iniciativas del Gobierno”, dijo.