BENEDICTO XVI PIDE A LOS OBISPOS ESPAÑOLES QUE COMBATAN LA "RÁPIDA SECULARIZACIÓN" DE LA SOCIEDAD
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El Papa Benedicto XVI pidió hoy a los obispos españoles que continúen con su acción pastoral y proclamando "sin desánimo" la palabra de Dios, "en un tiempo de rápida secularización, que a veces afecta incluso a la vida interna de las comunidades cristinas".
El Sumo Pontifice hizo esta petición a los prelados españoles en un mensaje que entregó al presidente de la Conferencia Epicopal Española, Ricardo Blázquez, durante su visita a la Catedral de Valencia, donde fue recibido a la entrada por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el deán de la Seo, Juan Pérez Navarro.
El mensaje entregado a los obispos les anima a seguir con la evangelización, porque "prescindir de Dios, actuar como si no existiera o relegar la fe al ámbito meramente privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y de la sociedad".
"Por el contrario", añade, "dirigir la mirada de Dios vivo, garante de nuestra libertad y de la verdad, es una premisa para llegar a una humanidad nueva. El mundo necesita hoy de modo particular que se anuncie y se dé testimonio de Dios que es amor".
Asimismo, Benedicto XVI exhorta "encarecidamente" a los obispos españoles "a mantener y acrecentar vuestra comunión fraterna, testimonio y ejemplo de comunión eclesial que ha de reinar en todo el pueblo fiel que se os ha confiado".
CORAL
A su entrada en la catedral, Benedicto XVI escuchó la coral catedralicia, que le ofreció el canto "Benedictus", y se dirigió hacia la capilla del Santo Cáliz, donde fue recibido por todos los obispos españoles, a cuya cabeza estaba el presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, a quien le entregó el citado mensaje. Por su parte, Blázquez entregó al Sumo Pontífice un ejemplar del libro "Tratado de Amor de San Juan de Avila".
Posteriormente, el Papa se dirigió a pie a la Basilíca de la Virgen de los Desamparados, donde fue recibido por la archicofradía de la Virgen, la escolanía y los capellanes. En este lugar, Benedicto XVI rezó por la patrona de Valencia y por las víctimas del accidente del metro del pasado lunes.
El Papa pidió a la Virgen de los Desamparados que "sea consuelo para todas las familias que han sufrido las consecuencias del accidente, que ha sumido en el dolor y el luto a sus hijos en esta ciudad". A continuación, Benedicto XVI rezó el Padrenuestro.
Tras esta oración, el Santo Padre salió al altar instalado en la plaza de la Virgen, donde le esperaban centenares de seminaristas y monjas de todo el mundo.
Desde este altar, presidido por un gigante mural de flores, el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, dio la bienvenida al Papa y a los religiosos, al tiempo que recordó a las víctimas del accidente del metro, presentes en todos los actos. "Los fallecidos y sus familias son también nuestros muertos y nuestras familias", aseguró.
Además, García-Gasco dijo al Papa que las familias llegadas de todo el mundo a Valencia "desean encontrarse con vuestra Santidad para proclamar la belleza del evangelio de la vida y de la familia que precisa nuestra sociedad".
Por su parte, Benedicto XVI se dirigió a los sacerdotes, obispos, seminaristas y monjas que le aclamaban para reconocerles el esfuerzo que realizan "por mantener viva la luz de la fe".
Además, el Papa se atrevió a pronunciar unas palabras en valenciano: "Ante la Jorobadita quiero decirle: ampáranos noche y día en todas las necesidades, ya que sois, Virgen María, Madre de los Desamparados".
Posteriormente, Benedicto XVI rezó el Angelus y se dirigió a pie hacia el Palacio Arzobispal, su residencia durante su estancia en Valencia, donde almorzará y se tomará un descanso.
Esta tarde, el Papa recibirá a los Reyes de España en el Palacio de la Generalitat y, posteriormente, al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Palacio Arzobispal.
(SERVIMEDIA)
01 Jul 2006
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