Una explicación es que "las calorías procedentes de los líquidos no provocan a las personas una fuerte sensación de saciedad, lo que hace que coman más", indica Richard Mattes, especialista de Purdue.

En la investigación, un grupo de personas cnsumieron a diario y durante un mes una cantidad fija de calorías procedentes de bebidas azucaradas. Los hábitos alimenticios y el peso se registraron a diario. Al mes siguiente, el mismo grupo tomó las mismas calorías pero en forma sólida. Los resultados demostraron que cuando los sujetos ingerían alimentos sólidos, comían menos cantidad de otro tipo de comida, lo que no ocurría cuando consumían líquidos, por lo que aumentaban de peso.

Aunque hay muchos factores que influyen al engordar, como la falt de actividad física o el consumo de grasa, el profesor Mattes asegura que en Estados Unidos se ha triplicado el consumo de bebidas azucaradas en las últimas tres décadas. Esto ha podido haber influido en una mayor proporción de gente con sobrepeso, exactamente un 8% más.