Así lo manifestó Doménech en el marco del Foro La Toja, que se celebra hasta este sábado en Galicia, y donde defendió que las reglas fiscales son positivas porque son la “antítesis a la discrecionalidad” y proporcionan “transparencia”, aunque luego “pueda haber cambios”.

Eso sí, indicó que las modificaciones que se introduzcan “tienen que servir para hacer más factibles” que se cumplan las reglas y, al mismo tiempo, “mejorar las condiciones de financiación”.

Doménech se mostró optimista con el hecho de que no es fácil que vuelvan a repetirse “los errores” de la crisis de deuda soberana que se dio tras la crisis económica iniciada en 2008, cuando no se adoptaron las medidas necesarias a tiempo pese a que “el emperador estaba desnudo”.

En su intervención, explicó que se debe prestar especial atención a la sostenibilidad del sistema de pensiones, dado que supone la mayor parte del gasto público. “Afortunadamente, como compartimos un proyecto político, económico y social con otros países de la Unión Europea que ya han tenido que enfrentarse a este problema hace un par de décadas, podemos aprender de buenas prácticas de ellos”, incidió.

“Muchos de ellos han introducido mecanismos de ajuste automático: bien en la edad de jubilación, o bien en la pensión inicial, o bien en el número de años necesarios para tener una pensión completa. Es decir, que hay muchas fórmulas ligadas a la esperanza de vida”, prosiguió este economista.

En este sentido, señaló que se ha estudiado que los países que tienen un mecanismo de ajuste automático en pensiones de aquí al 2050 las proyecciones de gasto público “prácticamente se mantenían constantes, aumentaba solo una décima”. Sin embargo, avisó de que en los Estados que no tenían ese mecanismo de ajuste, el aumento era de más de tres puntos sobre el Producto Interior Bruto (PIB).