LA BASURA ACUMULADA EN EL CAMINO DE SANTIAGO ES UNA DE LAS CLAVES PARA QUE LOS PEREGRINOS NO SE PIERDAN
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Junto con las flechas amarillas diseminadas por toda la ruta jacobea, las huellas en el camino y las marras plantadas por las diputaciones de Lugo y la Coruña que señalizan los puntos kilométricos, las basuras acumuladas en el Camino de Santiago son una de las claves que hacen casi impsible que los caminantes puedan perderse.
Según coinciden en apuntar muchos peregrinos que acuden a Santiago por el Camino Francés, desde O Cebreiro hasta Compostela es casi prácticamente imposible hallar un kilómetro de ruta sin plásticos, botellas de aguas o botes de refrescos.
Los desperdicios están a veces desperdigados por los bordes del camino, semiocultos entre la maleza y, en ocasiones, recogidos en bolsas de basura que los peregrinos abandonan convencidos de que a las pocas horas serán rcogidos por los servicios de limpieza.
La suciedad en la ruta jacobea en Galicia es generalizada y sólo se salvan tramos alternativos y poco transitados como los que van de O Cebreiro a Liñarres o de Alto de Poio a Fonfría.
Sólo en las aldeas que el Camino atraviesa en los muncipios de Arzúa y Santiago el caminante encuentra contenedores de basura con cierta frecuencia, pero tampoco por ello deja de haber desperidicios por el suelo.
Una de las quejas generalizadas de los caminantes es el horrio de apertura de la mayoría de los albergues de la Xunta, que se produce a las 4 de la tarde. Cuando son puntos de tránsito impiden al peregrino lograr el sello para su credencial o agua y si son punto de destino le obligan a hacer cola durante varias horas para después lograr una plaza de alojamiento.
(SERVIMEDIA)
14 Ago 1993
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