Este escenso en el uso de implantes se debe fundamentalmente a la voz de alarma que en el mes de enero difundió la FDA norteamericana sobre los posibles riesgos de este sistema, empleado en distintas ramas de la cirugía.

"En Europa se producen 3.000 noticias falsas al año en temas de salud", afirmó Beltrán, quien calificó de "anécdota sensacionalista" la aparición de la noticia en los medios de comunicación españoles, que provocó el pánico entre las mujeres que habían sido operadas tanto por estética como or reconstrucción secundaria de cáncer de mama.

Para el doctor, la suspensión cautelar de la comercialización de las prótesis de silicona ha llevado "intranquilidad y angustia" a muchas de las implantadas.

La psicóloga Elena Ochoa, que también tomó parte en el encuentro, señaló que algunas mujeres recurren a este tipo de implantes en parte por la pérdida de autoestima o por un interés de mejorar su imagen corporal, y la proporción de ellas que se arrepienten de haberse sometido a la operación apeas llega al 2 por ciento.

Además de la cirugía estética, la silicona se utiliza habitualmente en traumatología para realizar prótesis de cadera o rodilla, en cirugía vascular, urología, oftalmología y neurocirugía, y es un componente importante en la mayoría de los catéteres, sondas y jeringas.

"Sus condiciones de material inerte, sólido, no deformable, con las características de rigidez precisas, fácilmente esterilizable, transparente, flexible y compatible con los procesos fisiológicos del orgaismo la convierten en ideal para los usos médicos", señaló el cirujano plástico Javier Mato, director del encuentro.