Inundaciones

El barro daña más que el agua en las riadas, según científicos del CSIC

MADRID
SERVIMEDIA

Las repercusiones de las inundaciones en viviendas, comercios e industrias suelen asociarse al barro que deposita las riadas, que inutiliza los electrodomésticos y deteriora el mobiliario, más que a la humectación temporal de los enseres.

Así lo aseguran Daniel Vázquez Tarrío, Andrés Díez Herrero y Ana Lucía Vela, investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) en un trabajo de recopilación y revisión bibliográfica publicado en la revista científica internacional ‘Geomorphology’.

Estos científicos indican que, en episodios extremos como la DANA (depresión aislada en niveles altos) del pasado 29 de octubre en Valencia, los materiales que arrastra la corriente aumentan los daños causados por las inundaciones.

Las lluvias torrenciales por el paso de la DANA, que ha acabado con la vida de más de 200 personas, la mayoría en la Comunidad Valenciana, desbordaron en pocos minutos los cauces de los ríos, inundaron campos, calles y casas, se llevaron por delante cientos de vehículos y derribaron puentes.

Las imágenes de esta tragedia, que se ha cebado especialmente con varias localidades al sur de Valencia, indican que lo peligroso no es exclusivamente el agua y su profundidad, según los investigadores.

En numerosas ocasiones, los daños a las personas, las edificaciones e infraestructuras que producen estas riadas son debidas no a la profundidad o tiempo de sumersión en el agua, sino a los impactos y el enterramiento bajo elementos en flotación (como madera y restos vegetales, vehículos, contenedores y mobiliario urbano), o sedimentos movilizados en suspensión o arrastrados por el lecho (como arcillas, limos, arenas, gravas, cantos y bloques).

INUNDABILIDAD

Por otro lado, los investigadores apuntan que la mayor parte de los estudios de riesgos por inundaciones y los mapas de zonas inundables son elaborados suponiendo que lo que circula por cauces y riberas es agua limpia, casi destilada, desprovista de barro.

Por ello, abogan por estudiar cómo la erosión, transporte y sedimentación de tierra influye en agravar la peligrosidad de las avenidas e inundaciones, y considerar los procesos de transporte de sedimento de una manera explícita en las cartografías de peligrosidad por inundación fluvial.

“Cuando se hagan estudios de inundabilidad de una población o mapas de riesgo para las márgenes y riberas, conviene que se tenga más en cuenta cuánto sedimento y de que tipo será capaz ese río de erosionar, transportar y depositar”, concluyen.

(SERVIMEDIA)
04 Nov 2024
MGR/clc