El ex ministro, que hizo estas declaraciones durante su presencia en un acto electoral en Las Rozas (Madrid) en el que intervino Alfonso Guerra, manifestó que "en este momento, diríamos que los intolerants, el partido fascista que hay en el País Vasco, va ganando terreno", en referencia a "HB o EH, como se llama ahora".

Añadió que "eso es una mala cosa" y destacó que "esa tendencia tendría que romperse si el PP saliera de esa política un tanto suicida que lleva, de que lo mejor para ellos es lo que sea más malo para el PSOE. Ese rencor, esa inquina contra sus principales adversarios político, me parece muy mala, y en el País Vasco señaladamente".

Sobre el fin definitivo de la violencia, señaló qu "por fortuna va a resultar difícil que esa presión tan enorme que tuvimos en años pasados de terrorismo vuelva. Creo que eso no volverá, pero no se puede decir que la violencia haya terminado, ya que hay muchas formas de violencia. La más extrema, la de los asesinatos directos, por ahora ha terminado y ojalá se mantenga, pero tiene que terminar también la otra, esa presión antidemocrática y fascista sobre los adversarios políticos".

Por último, preguntado si en las elecciones en Euskadi se juega algomás que las alcaldías y concejalías, señaló que allí se producen algunas particularidades, como que "partidos que antes estaban comprometidos expresa o implícitamente con la defensa del marco constitucional que teníamos, ahora están en posiciones más dudosas, al tener una alianza política con personas que clarísimamente no son de un partido democrático y están en contra de la convivencia pacífica y de la tolerancia".