A BARRANCO LE REPUGNA VER LA PLAZA DE LA VILLA "TOMADA" POR LAS FUERZAS DE SEGURIDAD

MADRID
SERVIMEDIA

Juan Barranco, portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Madrid, manifestó hoy que le produce una gran repugnancia ver que durante las últimas semanas la Paza de la Villa está prácticamente cerrada por vallas "de tres en fondo" y fuertemente protegida por la policía, que incluso desplaza al lugar perros adiestrados, para impedir la celebración de manifestaciones.

A su juicio, este hecho pone en evidencia la actitud antidemocrática del actual equipo de gobierno y el miedo que tiene ante los ciudadanos, que eligen la sede del Ayuntamiento como marco idóneo donde expresar sus reivindicaciones.

"Me preocupa que la plaza esté custodiada por numerosos poicías y perros adiestrados, y que esté cerrada con vallas. Esta situación me pone los pelos de punta y me produce una gran repugnancia", concluyó.

Barranco recordó que la Plaza de la Villa siempre ha sido el lugar elegido por los manifestantes para expresar sus demandas ante las autoridades y que, al contrario que sucede con el Congreso de los Diputados o las asambleas regionales, el Código Penal no prohibe expresamente que este tipo de concentraciones se celebren ante los ayuntamientos.

"En la atualidad se ha paralizado la Plaza de la Villa, cosa que no ocurría ni en los tiempos de Arespacochaga, aunque parece que este hecho ha pasado desapercibido para la gente", dijo Barranco.

Este hecho denunciado por el portavoz socialista volvió a repetirse esta tarde durante la presentación en la Plaza de la Villa del nuevo material adquirido por el Ayuntamiento para el Cuerpo Municipal de Bomberos, que contó con la presencia del alcalde, José María Alvarez del Manzano.

Desde las cinco de la tarde hora prevista para la presentación, hasta el final del acto, el recinto permaneció fuertemente custodiado por funcionarios municipales y varias decenas de agentes antidisturbios desplazados en siete furgonetas, que impedían la entrada a la plaza, incluso a los periodistas, si no acreditaban su identidad.

Situados en torno a las vallas que rodeaban la plaza, los agentes preguntaban a los informadores el nombre del medio en el que trabajan y les pedían su acreditación. Posteriormente, y después de consltar a sus superiores, les permitían el paso.

(SERVIMEDIA)
12 Mar 1992
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