Así se desprende del último informe inmobiliario elaborado por el banco y publicado este miércoles, en el que pone de manifiesto que los detonantes serán el mayor coste de financiación de las hipotecas, la menor tasa de ahorro de los hogares y la pérdida de atractivo de la inversión en vivienda en alquiler.

Bankinter considera que la actividad inmobiliaria también debería enfriarse, con un descenso de las transacciones del 14% este año y del 7% en 2024, aunque seguirían en niveles máximos de 15 años. A partir de entonces, cree que la cifra de compraventas debería estabilizarse en las 500.000 unidades al año, un nivel “sostenible a medio plazo”. El banco subraya que la tasa de esfuerzo actual es del 36%, por debajo de más del 50% en 2007, y la oferta y la demanda “están equilibradas”.

En cuanto a las valoraciones de los activos inmobiliarios en este año, los analistas de Bankinter prevén caídas generalizadas por la dificultad para trasladar la inflación en un momento de freno económico y apunta que los más penalizados serán las oficinas y los centros comerciales.

En cambio, los que tienen mayor capacidad de subida de rentas son el logístico, los centros de datos y las residencias de mayores y hospitales.

En cuanto a las inmobiliarias cotizadas, estos expertos creen que continuarán lastradas en los próximos meses, se incrementarán los ratios de apalancamiento y podría haber un “posible recorte de dividendos”.