La falta de dimensión ha sido precisamente una de las críticas que en los últimos años se han hecho al banco que presiden los hermanos Valls, así como su falta de decisión a la hora de embarcarse en operaciones que comporten un mayor crecimiento.

Sin embargo, la incorpración del nuevo consejero delegado a comienzos de 1995, Ricardo Lacasa, ha supuesto un desarrollo estratégico distinto, en el que ya se reconoce la necesidad de crecimiento como uno de los retos principales que tiene el banco.

Martín señaló que este crecimiento tiene como objetivo fundamentalmente el incremento de la base de clientes y un aumento de las actividades típicamente bancarias como es, especialmente, la inversión crediticia, en la que este banco viene aumentando su capacidad en los últimos ños.

Manuel Martín basó su explicación ante los periodistas en el buen comportamiento de los ratios del Banco Popular en los últimos ocho años que le han llevado a pasar de un volumen de activos totales medios en 1987 de un 1,7 billones de pesetas a los 3,28 billones que actualmente presenta, lo que supone un aumento del 93 por ciento.

Martín indicó que en el ámbito de los recursos de clientes, en la inversión crediticia, en el aumento de los recursos propios y en el beneficio neto, el aumento prporcional en los últimos ocho años ha sido constante.

En especial, destacó la rentabilidad que el banco tiene, que es reconocido internacionalmente, y que hace que su ROE (Rentabilidad sobre Recursos Propios) en 1995 haya sido 21,42 por ciento, mientras que su ROA (Rentabilidad sobre Activos Totales Medios) ha sido del 1,88 por ciento, los ratios más altos de toda la banca española que en términos de ROA se mueve, en el mejor de los casos, en torno al 0,70 por ciento.

El secretario general del Poular señaló que el banco va a acabar con buena parte de los tópicos que se aplican a la entidad, y recalcó que es la tercera entidad de España por capitalización bursatil, con 646.000 millones de pesetas.

Martín manifestó también que el banco reemprenderá una reordenación de su red de oficinas, lo cual no significa una reducción, sino una revisión de su rentabilidad y eficacia que podría suponer incluso la apertura de algunas nuevas.

Asimismo, Martín se refirió extensamente a la posibilidad de aduirir dimensión por la vía de las fusiones y manifestó que, aunque no se niega esa eventualidad, "tendrían que darse una serie de condiciones que no se han dado y que es difícil que se den".

Entre estas conexiones estaría el control de la gestión en el banco final resultante y el que la operación se hiciera con total transparencia.

El Banco Popular Español obtuvo en 1995 un beneficio neto de 61.762 millones de pesetas, con un ligero aumento del 1,88 por ciento respecto a 1994, datos que la entida hizo públicos recientemente.