PIB
El Banco de España eleva dos décimas sus proyecciones de crecimiento del PIB, hasta el 2,7% en 2025
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El Banco de España elevó dos décimas sus proyecciones de crecimiento de la economía española, hasta el 2,7% en 2025, frente al 2,5% que pronosticaba en diciembre, gracias “al efecto positivo de los nuevos datos de PIB publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a finales de enero” y a las perspectivas “favorables” sobre el comportamiento de las rentas de los hogares y su posible impacto positivo en el consumo.
El organismo presidido por José Luis Escrivá también actualiza al alza sus proyecciones para la inflación. Los precios se incrementarán cuatro décimas en relación a las perspectivas de diciembre, hasta el 2,5% este año, mientras que deja sin variación las de 2026 y 2027, en el 1,7% y 2,4% respectivamente. Estas son algunas de las conclusiones de las proyecciones macroeconómicas e informe trimestral de la economía española, publicadas este martes por el Banco de España.
El dato del PIB estimado para este año, en el 2,7% se sitúa una décima por encima de las previsiones del Gobierno. A comienzos de febrero, el Consejo de Ministros aprobó la actualización del escenario macroeconómico, que elevaba el PIB al 2,6% para 2025. El Banco de España también se mostró más optimista que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que espera un crecimiento del 2,3% para este año, la misma previsión que Bruselas y que la OCDE.
El director general de Economía del Banco de España, Ángel Gavilán, también reconoció “la sorpresa” del dato del cuarto trimestre, con un crecimiento del PIB del 0,8%, frente al 0,6% o 0,7% que esperaba el organismo.
“Volvió a estar apoyado en la fortaleza de la demanda interna y nos sorprendió el comportamiento de la inversión”, apuntó. El crecimiento del cuarto trimestre ha generado “un efecto arrastre mecánico de 1 décima”.
Para los próximos dos ejercicios, el Banco de España mantiene un avance del PIB del 1,9% para 2026 y del 1,7% para 2027, sin variaciones respecto a las proyecciones de febrero. El organismo avisa en su informe de que “de cara a los próximos trimestres, se proyecta una desaceleración gradual de las tasas de avance de la actividad hacia valores coherentes con la capacidad de crecimiento potencial de la economía española”.
El Banco de España aclara que estas proyecciones, al igual que las del resto del mundo, “están sometidas a una extraordinaria incertidumbre y presentan riesgos a la baja en términos de crecimiento económico”.
En este sentido, los datos publicados este martes no incorporan explícitamente el posible impacto de las tensiones geopolíticas ni del incremento de los aranceles, por parte de Estados Unidos, a las importaciones procedentes de México, Canadá y la Unión Europea (UE). Tampoco se contempla en esta ocasión la posibilidad de flexibilizar las reglas fiscales a las que están sometidos los Estados miembros con el propósito de incrementar el gasto público en defensa.
Gavilán explicó que la actividad económica “no suele resentirse de forma muy significativa” cuando se inicia la incertidumbre, sino que empieza a reflejarse pasado cerca de un año, por eso no se incluyen análisis de posibles impactos en estas previsiones.
INFLACIÓN
El Banco de España revisó al alza su previsión de inflación para este 2025, hasta el 2,5%, cuatro décimas por encima de las proyecciones anteriores. El organismo explicó que se debe a la senda ascendente que se observa en los precios de la energía, y que parece que persistirá en los próximos meses. No obstante, ese repunte logró contrarrestarse con la extensión de las medidas de apoyo al transporte público hasta junio de 2025.
El organismo mantuvo igual su pronóstico sobre los precios para 2026 y 2027, en el 1,7% y 2,4%, respectivamente. Esto responde a una “leve revisión a la baja en la inflación de la energía en esos dos años”, ya que los mercados de futuros contemplan una “desaceleración más acusada” para esos ejercicios.
Para la inflación subyacente, el promedio será del 2% entre 2025 y 2027. El Banco constata que “ha evolucionado de forma algo más moderada de lo esperado” en los últimos meses, aunque con “sorpresas” en los bienes industriales no energéticos, que han desacelerado más rápido de lo previsto, y una resistencia por parte de la inflación de los servicios.
En concreto, para este 2025, el pronóstico de la inflación subyacente queda en el 2,2%, para relajarse hasta el 2% en 2026 y al 1,9% en 2027. Además, el precio de los servicios quedaría en tasas “algo por encima del 2%” y el de los bienes no industriales no energéticos quedará en torno al 0,5%.
El Banco de España tampoco pierde de vista el contexto global, donde “el proceso de moderación de la inflación a escala global aún no se ha completado”. De hecho, en muchas de las grandes economías mundiales los precios, y también las expectativas, han seguido una senda creciente. Por el momento, los analistas lo interpretan como algo “transitorio”, aunque sin descartar que sean “más persistentes” y afecten, en consecuencia, a las perspectivas de política monetaria de los bancos centrales.
PARO, DÉFICIT Y DEUDA
En sus proyecciones de empleo, el Banco de España se muestra algo más optimista con el empleo que en las de diciembre. Las estimaciones de la tasa de paro pasan así del 10,8% al 10,5% para 2025. Para 2026, el paro estará en el 10%, mientras que en 2027, caerá al 9,5%.
El organismo confía en que la creación de empleo se prolongue, “aunque con un vigor inferior al de los últimos trimestres”. En esto también influirá la desaceleración en el incremento de la población activa, influida por la evolución prevista para los flujos migratorios.
Esta creación de empleo a un ritmo menor que el PIB implicaría “un aumento de la productividad por ocupado en los próximos años”, a tasas algo menores que las observadas durante 2024, pero por encima del promedio del período 2000-2019. También se espera que la productividad por hora trabajada y la productividad por ocupado se sitúen en el entorno de su promedio histórico.
Respecto al déficit público y la deuda, el Banco de España calculó que el déficit de 2025 será del 2,8% del PIB, mientras que en 2026 y 2027 caerá al 2,6%. En las proyecciones de marzo, el organismo tuvo en cuenta “la no extensión del gravamen temporal a las empresas energéticas y la prolongación hasta junio de este año de las subvenciones al transporte público”, que acarrean un déficit del 0,1% del PIB.
También se mantienen sin cambios las previsiones sobre el impacto de las medidas desplegadas en respuesta a la DANA, en un 0,5 % del PIB repartido entre 2024 y 2025. El Banco de España advirtió de que el impacto podría ser menor “si una parte del gasto fuera sufragado con fondos europeos”.
Por su parte, el déficit de las Administraciones públicas, para el que el BdE calcula un cierre en torno al 3,4% del PIB, se reducirá hasta el 2,8 % en 2025 y el 2,6 % en 2026 y 2027.
En el caso de la deuda de las Administraciones Públicas, pasará del 101,8% sobre el PIB en 2024 hasta el 101% en 2027. Este descenso tan lento se explica por “el impacto de los préstamos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia en 2025 y 2026”.
El organismo también pronostica desviaciones en el cumplimiento de las reglas fiscales europeas, por encima de los máximos establecidos en el Plan Fiscal Estructural de Medio Plazo, hasta el 3,7% en 2025, el 3,5% en 2026 y el 3,2% en 2027. Esas cifras son superiores a las de diciembre por “la extensión de la subvención al transporte público y del decaimiento del gravamen a empresas energéticas”, así como “por el efecto de los cambios en las variables macroeconómicas y, en particular, el aumento del gasto en pensiones derivado de la revisión al alza de la inflación en 2025”.
(SERVIMEDIA)
11 Mar 2025
NFA/gja