Según informó el Banco de España, este requerimiento macroprudencial tiene como objetivo reforzar la solvencia de estas entidades y mitigar los efectos sistémicos que pudieran eventualmente ocasionar al sistema financiero.

A su vez, persigue compensar la posible ventaja competitiva de estas entidades en los mercados de financiación frente a entidades de menor tamaño.

La norma 13 de la Circular 2/2016 del Banco de España especifica la metodología de aplicación para la identificación de EISM, que es plenamente acorde con la desarrollada por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS).

Esta metodología estima la importancia sistémica mundial de una entidad, en relación con las mayores entidades bancarias a nivel mundial, a partir del tamaño, la posibilidad de sustitución de los servicios o de la infraestructura financiera que presta, la complejidad de negocio, las interconexiones con el sistema financiero, y la operativa transfronteriza.