Aznar tuvo la oportunidad de contemplar sobre el terreno las evoluciones de dos de los vehículos más ansiados por los responsables del Ejército de Tierra, el tanque "Leopard" y el vehículo de combate "Pizarro", y conversó con algunos de sus tripulantes, que les explicaron las "excelentes" prestaciones de estas dos máquinas de guerra.

En medio de la polvareda causada por el movimiento de los blindados y los carros de combate, Aznar atendió e todo momento las explicaciones que le ofrecían los jefes del Ejército de Tierra e incluso se introdujo en el interior de un "Pizarro" para conocer en detalle las características del vehículo.

Aznar se embutió para tal fin en un chaquetón de campaña preparado al efecto, que tenía la inscripción "presidente del Gobierno" en la parte superior de uno de los bolsillos, y cuando subió a la torreta del vehículo se colocó una gorra de instrucción para satisfacer las demandas de los reporteros gráficos, muy iteresados en captar tan inusual imagen.

"Se está bien aquí dentro", comentó el jefe del Ejecutivo a los periodistas, con quienes bromeó diciendo que le querían poner el casco reglamentario, pero que él se negó. Al ponerse la gorra también empleó alguna chanza al afirmar que tenía un poco más de cabeza que de gorra.

Aznar completó su apretada agenda de trabajo con la firma en el Libro de Honor de la Brigada de Infantería Acorazada "Guadarrama" y con el recorrido por varias exposiciones sobre distito material del Ejército de Tierra.

COCIDO MADRILEÑO

Para almorzar, Aznar se decidió a compartir el rancho de la tropa y degustó un cocido madrileño servido en el comedor del acuartelamiento, en el que estuvo acompañado por el ministro de Defensa, altos mandos de la brigada y una representación de los soldados.

Los responsables del cuartel, como recuerdo de su visita, le obsequiaron con una reproducción del carro de combate "Leopard" y con una boina de color negro, característica de la Brigada corazada, que en esta ocasión no se puso en la cabeza, ante el murmullo de militares y periodistas.

En las maniobras realizadas en el campo de El Goloso, consistentes en una dislocación de unidades, participaron un total de 230 vehículos, de los que 184 se desplazaban con cadenas y 46 con ruedas.

Entre ellos figuraban los conocidos TOAS (Transporte Oruga Acorazado), los "BMR", varias piezas de artillería, vehículos ligeros y dos helicópteros de transporte "Chinouk".

Pero, sin duda, las "estrllas" de las maniobras eran el carro de combate "Leopard", que el Ejército español quiere que sustituya a los ya anticuados "M-60" americanos, y el vehículo de combate para infantería y caballería "Pizarro", fabricado por la Empresa Nacional Santa Bárbara, y que cuenta con importantes novedades tecnológicas.

El denominado "Programa Pizarro" consta de un total de 463 vehículos cuya construcción supone un importe de 124.000 millones de pesetas. El Gobierno ya ha dado el visto bueno a una primera fase de proyecto, prevista para el año 2002, que significaría la puesta en marcha de 140 vehículos con un costo de 42.000 millones de pesetas.