Aznar no renuncia a cumplir el compromiso del PP de reducir el tipo máximo del Impuesto sobre la Renta al 40% a medio plazo, pero apuntó que se daría "con un canto en los dientes" si se rebaja al 48% desde el 56% actual.

Según el presidente, la reforma del IRPF es imprscindible porque, tal y como está concebido en la actualidad, "vivimos en el absurdo y constituye un perfecto disparate desde el punto de vista de la equidad y de la recaudación".

Explicó ante los empresarios asistentes a las jornadas sobre los efectos de la incorporación a la moneda única en las empresas que su Gabinete mantendrá la política desarrollada hasta ahora, con el fin de mantener la disciplina presupuestaria, favorecer el diálogo social y culminar el proceso de liberalización y privatizacioes emprendido con la legislatura.

En este sentido, aseguró que la intención del Gobierno es eliminar progresivamente la política de subvenciones, dejando las ayudas circunscritas tan sólo al ámbito de la minería del carbón para el siglo próximo.

Destacó las buenas perspectivas económicas de España y aseguró a los empresarios que la reducción del déficit conseguida hasta ahora "es absolutamente sostenible en el tiempo".