Pese a que estos tres apartados de las citadas ordenanzas municipales, redactados en 1939 y recogidos en la normativa legal de Policía y Costumbres, habían quedado absolutamente desfasados, la Policía Local de la capital aragonesa se ha venido ciñendo a ellos durante todos estos años, como demuestra el hecho d que sólo durante el pasado año 1995 se llegaran a cursar hasta 1.239 denuncias por alguno de estos enunciados.

Por otra parte, el viejo texto franquista ha servido de "inspiración" al consistorio para redactar una nueva legislación de ámbito local en la que se prohíbe el consumo de comida o bebida en grupo en la vía pública, cuando esta actividad derive en molestias para el tránsito peatonal.

De igual modo, se prohíbe solicitar donativos o efectuar cuestaciones, sin permiso del Ayuntamiento, aunue esta norma no afecta al mendigo transeúnte y se sanciona bajar o subir muebles, por las fachadas de las viviendas sin solicitar la preceptiva autorización que obliga, además, a acordonar la zona de mudanza.