La presente campaña se desarrollará en dos fases, durante un total de 82 días. La primera comenzó en los meses de mayo y junio, en los distritos de Retiro, Centro, Vicálvaro, Moratalaz Puente de Vallecas, Chamberí, Salamanca, San Blas y Ciudad Lineal.

Las tareas de recogida continuarán, durante octubre y noviembre, en Carabanchel, Latina, Usera, Villaverde, Arganzuela, Moncloa, Tetuán, Chamartín, Fuencarral, Hortaleza y Barajas.

El principal objetivo de la campaña es conseguir que los madrileños puedan desprenderse de sus muebles y trastos viejos de una forma "correcta y limpia, acabando con la imagen que ofrecen muchas veces las calles de la ciudad, en las que se abandonan too tipo de enseres sin ningún control", según fuentes del área de Medio Ambiente.

Los empleados municipales se encargan de informar a los vecinos, por medio del buzoneo y la colocación de carteles en los portales, de las fechas y horas concretas en las que deberán sacar a la calle los objetos de los que se quieran deshacer.

Un total de 14 vehículos y 30 operarios se ocupan de recorrer las calles y de llevarse los muebles amontonados.

Antes de su traslado definitivo a los vertederos, se efectú una selección para separar de los electrodomésticos los gases CFC, cuya salida libre a la atmósfera afecta negativamente a la capa de ozono.

El año pasado, los servicios municipales retiraron más de 2.000 toneladas de trastos viejos, lo que supuso una media de 0,65 kilos por habitante.