Siyat lleva en Australia desde 2004, con un visado que le ha permitido cursar sus estudios de postgrado sobre discapacidad en la Universidad Flinders de Adelaida, y actualmente presta ayuda a jóvenes refugiados somalíes.

Cuando los servicios de asistencia a personas con discapacidad del Estado de Australia Meridional le ofrecieron empleo, solicitó los papeles de residencia para poder trabajar, pero el departamento de Inmigración australiano se los negó el pasado mes de febrero, por lo que tendría que abandonar el país la semana próxima.

Sin embargo, Abdi no tendrá que salir de Australia de momento, ya queel ministro de Inmigración, Chris Evans, acaba de anunciar que se le concederá otro visado temporal mientras su caso vuelve a ser evaluado.

"Los criterios en materia de salud de la Ley de Inmigración de Australia son muy estrictos y es muy difícil obtener papeles de residencia para las personas con discapacidad, ya que esta legislación no tiene en cuenta los principios de igualdad de oportunidades contenidos en la Ley contra la Discriminación de las personas con Discapacidad", asegura Abby Hamdan, abogado que defiende al keniano.