Según el escrito de conclusiones provisionales, el fiscal considera probado que Borde Gaztelumendi, así como Enrique Letona y José Luis Barrena, estos dos últimos ya condenados por estos hechos, recibieron la orden de atentar contra miembros de la Guardia Civil.

El condenado Barrena realizó varias vigilancias e informaciones sobre vehículos de la Guardia Civil y decidió que el lugar más idóneo para cometer el atentado era la carretera que conduce a la Cantera de Lemona (Vizcaya), donde periódicamente circulaba un convoy de la Guardia Civil.

Así, el 14 de mayo de 1981, sobre las 10 de la mañana, los condenados Barrena y Letona, junto con Borde Gaztelumendi, trasladaron a un lugar cerca de la cantera el explosivo en un vehículo marca Ford Fiesta, alquilado y al que previamente le habían cambiado de matrícula.

Escondieron las ollas junto con tres detonadores eléctricos en unos matorrales y esperaron a que pasase el coche de la Guardia Civil, lo que ocurrió a las 10,30. En ese momento, el condenado Letona accionó el artefacto, que alcanzó de lleno el Land Rover de la Benemérita.

La deflagración acabó con la vida de los guardias civiles José Olaya de la Flor y Manuel Sánchez Borrallo, además causó heridas al también agente de la Benemérita Anselmo Jiménez Allen.

Para la Fiscalía de la Audiencia Nacional, los hechos descritos son constitutivos de atentado, asesinato consumado, asesinato frustrado, estragos y sustitución de placas de matrícula.

Sostiene que Borde Gaztelumendi es responsable de todos ellos y pide que sea condenado a un total de 94 años de prisión.