El fiscal encargado del caso, Ignacio Gordillo, acusa a López Resina de la colocación de los artefactos explosivos y pide para ella 158 años y un mes de cárcel por los delitos de terrorismo, asesinato frustrado y atentado en grado de tentativa.

López Resina representa un caso poco común dentro de la organización terrorista, ya que es natural de Almería y residió la mayor parte de su vida en Cataluña. De hecho, la semana pasada la etarra lanzó proclamas a favor de ETA en catalán en un juicio contra ella celebrado en la Audiencia Nacional.

El escrito del fiscal Gordillo señala que López Resina, junto con los etarras Felipe San Epifanio -ya condenado por estos hechos- y Gregorio Vicario Setién -en situación de rebeldía-, todos integrantes del "comando Barcelona", planearon la colocación de tres artefactos explosivos en dos cafeterías y un restaurante del Puerto Olímpico.

El 15 de agosto de 1993, sobre las diez de la noche, los etarras hicieron estallar una bomba en la cafetería "Túnel del Port", que provocó heridas a tres personas, y otra en el restaurante "La Galerna'", donde los heridos fueron dos.

Poco antes de que explotaran los artefactos, los terroristas comunicaron al diario "El País" la colocación de estas dos bombas.

Al día siguiente, López Resina y sus dos compañeros de comando colocaron un tercer artefacto explosivo en la cafetería "Barnabier", también en el Puerto Olímpico, hecho que comunicaron al mismo diario.

La bomba, que no llegó estallar, contenía cerca de dos kilos de material explosivo y llevaba incorporado un mecanismo trampa diseñado para matar a los agentes que intentarán manipularlo.

Además de los 158 años y un mes de prisión, el fiscal Goridllo solicita una indemnización de más de 153.420 euros para los heridos, así como 60.000 euros para los propietarios de "La Galerna" y 32.556 para los del "Túnel del Port".

La etarra fue detenida en Dax (Francia) el 23 de septiembre de 2001 y entregada temporalmente a España por las autoridades francesas en julio del pasado año.