Según el escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía de la Audiencia Nacional, representada en este caso por Juan Moral, considera probado que Juan Carlos Iglesias Chouzas formaba parte del "comando Vizcaya", junto con Javier Martínez Izaguirre, ya condenado por estos hechos.

Tras recibir información del guardia civil José San Martín Bretón, decidieron acabar con su vida, para lo que "Gadafi" y Martínez Izaguirre se trasladaron a Algorta (Vizcaya) y robaron un coche, al que luego se le cambiaron las placas de matrícula.

Al día siguiente, 25 de febrero de 1992, esperaron en dicho vehículo la llegada de su víctima, que viajaba frecuentemente en tren. Cuando el citado guardia civil se bajó del ferrocarril, "Gadafi" y Martínez Izaguirre le siguieron a pie hasta la Plaza Villamanta, en Getxo (Vizcaya).

Fue allí, dice el fiscal, donde Juan Carlos Iglesias Chouzas disparó dos veces en la cabeza y a muy corta distancia a la víctima, quien murió instantáneamente.

Para la Fiscalía de la Audiencia Nacional los hechos descritos son constitutivos de un delito de atentado a agente de la autoridad con resultado de muerte y otro de robo de vehículo.

DETENIDO EN EL AÑO 2000

Detenido el 2 de febrero de 2000 junto a su compañera sentimental, Conchita Iglesias, en la localidad de Tarnos (Francia), en el departamento de Las Landas, Iglesias Chouzas fue entregado a España por el país vecino el 13 de septiembre de 2005 para que continuase cumpliendo las condenas que le habían impuesto.

Previamente, en julio de 2003, las autoridades francesas entregaron temporalmente a Chouzas a España para que hiciese frente a las causas que tenía pendientes con la justicia española.

Así, en diciembre de ese año la Audiencia Nacional dictó la primera sentencia contra él. Le condenó a 123 años de cárcel por su participación en el atentado perpetrado por ETA el 2 de marzo de 1991 contra un puesto de la Guardia Civil en Somorrostro (Vizcaya).

Desde entonces, ha sido sometido a diversos juicios y la Audiencia Nacional ha dictado varias sentencia contra él, entre ellas aquella por la que le condenó, en enero de 2004, a 82 años de cárcel por su participación en el atentado perpetrado en Erandio (Vizcaya) el 7 de noviembre 1991, que costó la vida al niño Fabio Moreno, de 3 años.