El auto de la Audiencia basa su decisión en que Soares Gamboa ha dado "muestras muy significativas de su arrepentimiento", ha cumplido una cuarta parte de la pena y ha expresado su deseo de acogerse a las medidas de reinserción.

En su voto contrario a la concesión del tercer grado, al que se han sumado Angela Murillo y Javier Gómez, Siro García afirma que es una medida desproporcionada.

"Se evidencia", dice SiroGarcía, "que la atrocidad de los crímenes cometidos por Soares, a los que corresponde en principio las penas más graves previstas por el legislador, no guardaría proporción alguna respecto a que, transcurridos tan solo ocho años de privación de libertad, el penado tuviera acceso a una modalidad extremadamente benigna de ejecución de la prisión: el régimen de semilibertad".

El cuarto magistrado discrepante con la decisión de la mayoría es Antonio Díaz Delgado, quien argumenta en su propio voto particulr que el hecho de que la colaboración "eficaz" con la justicia no le haya supuesto a Soares Gamboa un "beneficio penológico tangible" no significa que haya que darle tal reconocimiento mediante la concesión del tercer grado penitenciario.

Esa concesión quiebra, a su juicio, la proporcionalidad derivada del equilibrio que debe existir entre la culpabilidad del autor y la satisfacción jurídica de la sociedad afectada por sus actos.

Soares Gamboa lleva ocho años en la cárcel en España, después de haer estado confinado en la República Dominicana. Con el tercer grado penitenciario, podrá podrá abandonar la prisión y sólo tendrá que volver a dormir de lunes a jueves.

Soares Gamboa fue condenado a más de dos mil años de cárcel, por actos terroristas cometidos sobre todo en la década de los ochenta, cuando estaba integrado en el "comando Madrid".