Aunque el fiscal pidió durante el juicio 12 años de cárcel para la homicida, el tribunal entendió que Ursula Greekes actuó para defenderse y defender a los niños de las agresiones de un compañero al que la bebida hacía extremadamente violento, según confirmó en la vista un hermano de fallecido, que se desplazó desde Alemania para testificar.

La pareja compuesta por Ursula Greekes y Wolfgang Berger vivía en el municipio coruñés de Mazaricos con sus hijos Pancho y Maya, de 5 y 2 años, en una casa abandonada que había sido utilizada antes como cuadra.

La pareja llegó a España con motivo de la Expo 92, donde vendían bisutería. Según el testimonio de Ursula, de 33 años, tras asentarse en Galicia su compañero empezó a emborracharse de manera continua, y comenzó a maltratarla a ell y a los hijos de ambos.

El 19 de noviembre de 1992 fue cuando Ursula asestó una puñalada en el vientre a su compañero -al que aseguró durante el juicio querer mucho-, cuando le sorprendió maltratando a los niños.

En favor de la homicida constan sus actuaciones posteriores, dado que acudió a denunciar el hecho a la Guardia Civil y pidió una ambulancia. También trató de contener la hemorragia mientras llegaron los servicios médicos.

La audiencia coruñesa, según la sentencia conocida hoy, condnó a Ursula Greekes a un año y cuatro meses de cárcel, un mes menos del tiempo que pasó en prisión desde el homicidio.